Recuerdos de mi niñez en Chiguayante
Adrimaco
Empecé a escribir estos párrafos un jueves de noviembre de 2000, volviendo de un paseo a un balneario de la zona, en el que debo decir y convencerme yo, mis vecinos y amigos que lo pasé estupendo, ya que si no puedo caer en el rubro de los infelices que no lo pasan bien. Debo sonreír y demostrar una felicidad a toda prueba.
A mis 65 años es hora de hacer un análisis a mi vida, la que desde pequeño fue extraña para mi, ya que no era como los demás, pensaba de otra manera y lo que el mundo hacia para mi no era lógico, con el tiempo descubrí el motivo de esa percepción, pero eso lo explicaré mas tarde
Esta obra literaria será más que narrar hechos, dar a conocer y compartir notas de mi propia filosofía, aprendida con la experiencia, dejada por los años. En realidad este escrito debería llamarse ,comparación de los sucesos de mi niñez y de las situaciones actuales, pero resultaría muy largo, por lo que no le pondré ningún nombre. Además ya plante un árbol, tuve hijos y me faltaba escribir un libro, lo ultimo es lo mas parecido que puedo hacer
No diré soy un amargado y que no tengo fe en la vida o que miro todo por el lado negativo , pero si debo reconocer que soy de un estilo realista total, creo que estas historias tendrán ese tinte irónico jocoso de critica social que tiene mi artista favorito – humorista, Coco Legrad, y saco molde de un escritor que admiro Enrique Araya (1912-1994) autor de “La luna era mi tierra”, al cual saludo y le digo: Don Enrique tiene toda la razón de lo que plasmó allí, con su excepcional pluma
1.- DE LOS BAÑOS
Mis primeros recuerdos son de la población Papen en Chiguayante cerca de Concepción y el ser llevado de la mano por mi madre, la que junto a otras matronas del barrio, acarreaban a sus hijos a los baños semanales con agua caliente, auspiciados por la fábrica de tejidos Caupolicán y que era de propiedad de la Grace Com Company Ltda. cuyo nombre en Inglés a mi me sonaba como grasa de campana, era día miércoles y nos tocaba a los hombrecitos bañarnos; el día jueves les tocaba a las mujercitas dicho menester higiénico, aséptico y purificador.
Creo que el ser humano y en especial mi generación, nació para ser mandado y retado, lo hacían nuestros padres, maestros, jefes, encargados de oficinas públicas, nuestra esposas y hasta nuestras amantes (según lo que me han contado los que la han tenido) y ahora nuestros hijos y nietos. Nos retó Pinochet y Lagos; ahora intente usted retar a un hijo, nieto o cónyuge: tenemos violencia intrafamiliar, derechos humanos, Sernam, Senama, defensa corporativa de padres y otros, etc. etc.
Ya por la mañana de ese aciago y fatídico día, despertábamos todos los menores de 10 años con una amargura en nuestra alma, por las horas que se nos avecinaban, los mayores de 10 años no tenían problema porque simplemente ellos no tenían esa obligación y se bañaban en el río, o en el canal que pasaba por la calle San Martin de la Poblacion Papen o bien ese día se arrancaban de su casa y no llegaban, hasta la noche.
Momentos antes con un grupo de imberbes de mi edad , tratábamos de planificar una estrategia para librarnos de ese suplicio, pero nuestras madres eran implacables y a las 2 de la tarde ya se escuchaban lamentaciones de los infantes que no querían salir de sus casas al baño semanal. Pero nuestra suerte ya estaba echada y yo veía pasar a mis amigos, arreados por sus madres o hermanas mayores, algunos iban bien amarrados y con cara de cordero degollado, como en la revolución francesa, cuando los llevaban a la guillotina ; otros iban cabizbajos, resignados a su suerte.
Yo como era pequeño era llevado de la mano de mi madre, atenta ella para que no arrancara hacia el cerro Manquimávida que yo miraba como un ente salvador, había un coterráneo que le decían el pato kolino, que por su conducta y fama lo llevaban en una carretilla de mano, aun no me explico cual era el fin de montarlo en tal artilugio o maquina.
Al entrar al territorio de la compañía donde el paisaje cambiaba de nuestra pobre población de casas de madera a elegantes chalet de concreto con grandes ventanales jardines y piscina: eran las casas de los gerentes de los gringos, donde tenían piscina y unos niños y niñas rubias retozaban y correteaban alrededor de ella; antes habíamos pasado por las casas de los empleados, que eran pabellones con baño al interior y no pozo negro como nuestras casas, que aunque tan modestos como nosotros, estaban bien conscientes de su alcurnia, linaje y superioridad, por el solo hecho de vivir más cercanos a los gringos.
Mi única meta, era en ese entonces, ser empleado de la textil Grace Com. Company Ltda., y si existía otra vida nacer gringo.
En esos años llego a nuestra escuela Nº 30 un joven, atlético, bueno para el futbol y con ideas renovadas y modernas le decían el pelao Solís era mi ídolo y yo quería ser como el; ahora es Alcalde, soy muy quemado yo no soy ni siquiera presidente del Club de mi pueblo.
Mi hermano mayor trabajaba en la única bomba de bencina del pueblo no era eléctrica y mi hermano tenia que mover la manivela innumerables veces arriba abajo para abastecer los vehículos.
También admiraba al carnicero del mercado, como movía la cuchilla con el afilador y lo miraba hacerlo tan diestramente, que decidí que cuando grande seria dueño de una carnicería, pero salí zurdo.En esos años solo había en Chiguayante una sola pasteleria y unico lugar donde vendian helados y los preparaban a la vista del publico en una gran vitrina, soñaba que quedaba encerrado durante toda la noche en ese local y comía chocolates,bombones,helados de toda clase, era un sueño tan feliz, nunca se cumplió a lo mas , ya grande pololie con una gorda que era la que fabricaba los helados, ya adulto soñaba con quedarme encerrado en una fabrica de licores, ingiriendo,pisco, bebidas, ron, campari whiskys y otras delicias, pero tampoco se cumplio mi sueño, solo tomaba tintito con mi primo tata,tambien soñaba con quedarme encerrado con 100 mujeres, luego con 100 mujeres de la 3ra edad, pero nada de eso se cumplio
Nunca le he confesado al psicólogo esas ansias infantiles ya que como está de moda el femicidio capaz que me denuncie a la fiscalía o me cite como ejemplo en sus teorías, como un ser que venció sus ansias de usar la cuchilla, aunque poco me importa ya que sicólogos, sociólogos, siquiatras y otros terminados en logos, siempre me parecen raros, más locos que el común de la humanidad, me viene un temor de querella ahora de los colegios profesionales, pero verdad que ni ellos se ponen de acuerdo, no creo que alguno se atreva a querellarse, al final existe la libertad de de expresión, y yo soy libre de expresar mis ideas para eso estamos en democracia y eso aguanta todo.
Otra de mis prioridades era usar muletas: un vecino mío se había quebrado una pierna y lo encontraba tan choro usar esos apoyos además de yeso; ahora casi cumplo mis deseos, ya que estoy medio cojo
Volviendo a la historia… ya llegábamos a nuestro purgatorio y también empezaba la desesperación de algunos de los infelices menores, que jalaban para zafarse de los férreos brazos de sus aprehensores.
Mi madre y las demás iban premunidas de escobillas hecha de rama de coirón (rama de un arbusto con el que se hacen escobas); un trapo para fregarnos, que era de mezclilla azul, una tela rústica y tiesa; jabón piedra, de horroroso olor hecho con grasa de ballena de los Macaya Hnos. de San Vicente y ropa limpia para cambiarnos, adicionalmente se llevaba un cordel para amarrar los más rebeldes a esos menesteres
Al ingresar a los baños mismos, que estaban en un galpón de 30 X 40 metros , piso de cemento en bruto y con aproximadamente 20 depósitos de agua de 600 litros de capacidad , los que, cuales dragones o cuadros de Dante expelían vapor por sus llaves que iban llenando los depósitos para nuestra tortura semanal, que me recordaba el aceite hirviendo del averno que nos había indicado nuestra profesora Gabriela Urra de Fritz , y refrendado por el respetable Sr. Cura del pueblo el padre Emilio Rojas y que era donde iríamos los que nos portábamos mal.
Acto seguido nuestras madres nos desnudaban y no metían dentro de ese repugnante líquido para remojarnos escobillarnos con la suave herramienta llevada para tal efecto y luego frotarnos cabeza y cuerpo con la mezclilla empapada en el oloroso jabón de ballena.
Champú no existía, ni jabón de olor, menos bálsamo, sólo ese inmemorable olor a cetáceo descompuesto, que aun percibo en mis narices y que ,en el presente lo encuentro en el puerto de Talcahuano.
En esa parte de la historia mis amigos un poco mayores se habían bajado de la tina de tortura y huían cual Dios los echó al mundo, lo mas lejos posible del caldero ignominioso, pero los gringos , como se les llamaba a cualquiera que anduviera con corbata y fuera de tez blanca, eran previsores y habían destacado un guardia, un obrero, quien cual celoso guardián de las puertas de las tinieblas, atajaba los revoltosos y huidizos, para ser devueltos avergonzados a sus madres y por ende al averno, donde eran severamente reprendidos coscacheados, azotados con el estropajo de mezclilla, tirados de oreja y una que otra patada por el poto, por sus higiénicas y asépticas nodrizas.
Esta operación duraba a lo menos dos horas; el baño caliente era una regalía extra y nuestras amas querían aprovechar esa oportunidad que se daba una vez a la semana, durante el cual era constante el ir y devenir de los desertores antihigiénicos, ( no tengo mas sinónimos para ese pecado ) por lo que a veces eran atrapados por sus madres a la que le cooperaban las otras, tirándole al infractor los azules y pesados paños mojados.
Terminado el proceso de remojado, escobillado ( cuando bailo cueca al llegar a la parte del escobillado no puedo dejar de sonreír al acordarme de dicha palabra y para disimular tiro beso a la bailarina) pero me va peor ya que mi mujer, tal cual mamá de antaño esta atenta a la jugada y de lejos me levanta un dedo amenazador como diciendo: mira lo que te espera en la casa) , luego venia la parte un poco mas agradable que era el secado con un paño de moletón, el que en comparación a la mezclilla era muy suave.
Ya vestidos parecíamos gringos y éramos felicitados por el fiel guardia, Regresábamos a casa no sin que antes mamá nos recomendara que cuidáramos la limpieza de ropa y cuerpo, lo que realmente solo duraba unas horas. Esos son los primeros recuerdos que tengo de mis incursiones en baños, higiene y similares.
2.-LA REGALIA
En esos años Chiguayante era un pequeño pueblo y el 90 % de sus habitantes trabajaba en la industria textil Caupolican, la cual, para decir verdad no pagaba a nuestros padres muy buen sueldo, pero por lo menos alcanzaba para vivir decentemente en esa época. No era en nada parecido a la miserable vida de los mineros que nos narraba Baldomero Lillo en su Libro Subterra, nuestras casas eran humildes pero limpias y nuestros padres, la mayoría campesinos que emigraron a la ciudad, se esmeraban en darnos educación.
La industria apoyaba a nuestros padres con la regalía, que consistía en 10 metros de mezclilla, 10 metros de tocuyo de saco y 10 metros de moletón al año, y era así que todos nosotros, parecíamos uniformados: tenida pantalón, blusón de mezclilla calzoncillos y camisa de moletón. Un año le falló la producción a los gringos y solo dieron de regalía mezclilla, y tocuyo saco por lo que nuestras ropas interiores incluidos camisetas y calzoncillos, fueron ese año de mezclilla, eran tiesos, pero era lo que había.
3.- LOS CALZONES
Fue por esos años y ya a los 10 años con mi amigo y confidente Rubén Fernández ( parece que ahora esta en Talcamávida) de mi misma edad, nos empezaron a gustar y llamar la atención las chiquillas y nos empeñamos con ardor en tratar de ver los calzones a las niñas, para lo cual el día lunes durante el acto semanal en la Escuela Nº 30 de Chiguayante , nos ubicábamos estratégicamente bajo la tarima que hacia de escenario para tratar de lograr nuestro anhelado objetivo, mirando por una rendija cuando estaban las niñas bailando el Danubio Azul , pero solo nos llevamos un puntapié del profesor Sr. Fritz celoso cuidador de la moral , pundonor y decoro de la escuela.
En ese entonces me pusieron el sobre-nombre de “rucio caldo de choro” lo que era una gran ofensa que había que lavar a puño limpio, fuera quien fuera grande o chico, que me dijera tal escarnio.
En ardua y sostenida reunión con Rubén decidimos cambiar de estrategia para lograr nuestro objetivo que era verle los calzones a lo menos a una niña , ahora si eran dos o tres mejor. Resolvimos concurrir al negocio de un Italiano, (que le decían el aro) a solicitar que nos mostraran un calzón so pretexto de querer comprarlo, ahí fuimos encarados por el bachicha y amenazados, que seriamos acusados a nuestros padres si persistíamos en esa inmoralidad , en esa época los calzones de mujer no los tenían en vitrina y estaban bien escondidos en cajones hasta con llave (que diferencia a estos días en que un niño nace viendo los calzones a las mujeres y ahora las jovencitas muestran las calzones por entre el pantalón o falda.) se le llamaba cuadros, para que no fuera grosería.
Será por ese motivo que quedé con un trauma y me gusta ver los calzones de las mujeres colgados en los patios, claro que ahora se me hace más difícil, ya que debo mirar las lavadoras eléctricas y solo veo un trapo dando vueltas.
Cuando mi mujer me invita a las grandes tiendas a comprarse ropa interior, yo me quedo con otras similares y sacrificadas victimas, que también esperan, me sonrío disimuladamente y al ver calzones, sostenes, fajas y demases prendas intimas fuera de aprovechar de mirar , reflexiono si a mi amigo Rubén le valdría la pena llevarse la paliza del matón de la escuela, por ver prendas que ahora se exhiben impúdica y lujuriosamente al publico. Al comentárselo a mi señora me dice que soy tonto, pero la atracción sigue.
Pronto se nos amplió el grupo de interesados en el sexo opuesto y ver calzones. Nosotros con Rubén, ya habíamos logrado ver los de una niña y por lo tanto éramos expertos en la materia y consultados para que diéramos más detalles, como color de la prenda y si eran largos o cortos, con que estaban amarrados y si eran de tocuyo o mezclilla. Nosotros ya peritos en la materia inventábamos detalles para saciar la curiosidad de nuestros compañeros, en el ardor del despertar del sexo y la curiosidad de saber más.
Uno de los expertos y que era de la localidad de Hualqui nos confidenció que una prima mayor le había dicho que el sexo de las mujeres tenía dientes afiladísimos y que si algún niño osaba acercarse o hacer algún movimiento extraño dicho, artefacto o arma repelería de inmediato el ataque, arrancándole el sexo al infractor.
En mi vida llena de dudas y cuando voy a las piscinas que existen en Hualqui, miro a ver si encuentro a mi antiguo condiscípulo para que me cuente la historia nuevamente: serán esos los mitos urbanos o rurales: gracias al creador a mi nunca en mi vida me tocó una mujer así y no creo que me toque ya que a mi edad y sin el aparato reproductor estaría mal pelado el chancho. A mi amigo Rubén Fernández le consultaré algún día si resolvió ese problema. A tanto llego el ardor de estos relatos que mi amigo se vio en serias dificultades ya que llegó a nombrar a la niña a quien le había visto los calzones y resulto que era la hermana del matón de la escuela, todavía mi amigo Rubén anda arrancando. Y Ruben tenia mas experiencia que yo en esas cosas de pololeo y me daba lecciones de como proceder, a una niña que se llamaba maría torres, era vecina de Ruben y yo le enviaba dulces y golosinas para conquistarla, se las enviaba con mi amigo y un buen día, mas bien dicho mal día lo sorprendí comiéndose las pastillas y dulces con unos amigos de su población , vivía en los Boldos. Le aclare su infidelidad y me prometió que cuando fuera grande y trabajara me devolvería lo birlado, si alguien lo conoce en Talcamavida, dígale que a su amigo adrian le debe 3 pesos y 4 chauchas de las antiguas
En la ciudad de Tomé existían varias fabricas de paños, de los mismos gringos y contaban los mas avezados que allá la regalía era de casimir oveja Tome . Dicha tela era fina y de colores bonitos, mil rayas, con dibujos ( no como nuestras tosca y burdas mezclillas), yo me imaginaba a las niñas de Tomé con calzones de lindas telas Oveja Tome y no de mezclilla, todavía sueño con que me toque la sorpresa de ver una de esas prendas de esa valiosa tela , pero para mi desgracia solo me tocan de algodón, franela, bolsas quintaleras de harina, de lana tejida a palillo o crochet y ahora todas sintéticas chinas y a veces sin nada, pero de Casimir Oveja Tome nunca me tocó, ¡¡soy tan desgraciado¡¡
4.- LAS OFENSAS
En esos años solo nombrar la hermana de algún condiscípulo era ofensa y motivo de pelea, para lo cual había una canchita de tierra cerca del Estadio Caupolican, ring donde hubo inmemorables peleas, y se zanjaron muchas disputas de las que me salvó en varias oportunidades mi tía Elisa Fernández, que vivía al frente y muy oportunamente salía escoba en ristre a rescatarme de las garras de algún púgil, lo que yo todavía agradezco, cuando iba perdiendo lo malo que mi tía no discernía cuando iba ganando e igual nos separaba. Ahora me fijo en los niños incluso le llevan recados a sus hermanas, nosotros éramos hermanos insobornables, fieles defensores de la honra castidad y pureza de las doncellas Chiguayantinas.
A la hermana de Rubén , otro amigo le mando saludos y unas pastillas llamadas pololeo, nuestro amigo de inmediato nos comunicó tan inmoral. indecente y obscena, propuesta, por lo que en conclave urgente nos reunimos con 4 amigos mas ( el ofensor era bien grande) y luego de comernos las pastillas, pactamos vengarnos contra el autor de la insolencia y esperarlo a la salida, pero no constábamos, que el ofensor tenía como 10 amigos más grandes que nosotros, y un espía a los cuales advirtió del peligro y cuando teníamos lista la celada, nos emboscaron a nosotros y el resultado fue que tuvimos que arrancar, con diversas contusiones y hematomas.
Yo a la hermana de Rubén la conocía de lejos y al día siguiente pasó por nuestro lado, era harto dejadita de la mano de Dios ¿habrá valido la pena la pateadura? Prudentemente guardé silencio para no herir el honor de mi amigo ya bastante vapuleado por los deshonrosos saludos y pastillas y sus indecorosas leyendas, como ser : saludos, te amo, tu hermano sera mi cuñado, pololeemos etc etc etc
Ese afán de los seres de adornar los hechos con detalles no reales, fantásticos según el deseo o conveniencia del adornador y asegurar hechos imaginarios, colocando a veces supuestos testigos o con la clásica pregunta. “¿Con que razón yo te mentiría?”, sabiendo que el mentir existe, como falta, pecado o mala práctica en todas las culturas del mundo.
Esto se da mucho en la medida del pez que atrapamos, el porte que tenían al nacer nuestros hijos, el kilometraje que da por litro nuestro automóvil, el largo de nuestro órgano sexual, el porte de la leña que compramos para el invierno, quien tuvo la lid amorosa más larga, y miles de otras, de esas mentiras, que todos saben que son mentiras pero nos sumamos a ese deporte del cachiporreo.
Días atrás en la TV, observé que entrevistaban al Presidente del movimiento de diversidad sexual , cuando éramos niños nos cachiporreábamos que nuestros tíos eran abogados, bomberos , carabineros, incluso un niño tenía un tío que era el que con la bandera verde le daba la pasada al tren en el cruce frente a la escuela y un día le prestó dicha bandera para que Isaac Altamirano, hiciere 4 movimientos con dicha bandera, fue el héroe de la escuela… yo digo el presidente de movimiento de diversidad sexual , tendrá sobrinos que orgullosos digan: mi tío es el presidente nacional de los homosexuales, lesbianas y otros raros. ¿Me presentaran querella
5.- PELEA CON EL GUATON ORELLANA
Un niño de mi edad que le decían el guatón Orellana, tuvo un día la insolencia de nombrar a mi hermana y mandarle saludos con un primo hermano, yo fiero y romántico Quijote salté de inmediato en defensa ante tal oprobio e infamia que deshonraba a mi hermana y toda la familia, quedando la lid fijada para la hora de salida. En concejo de guerra y yo ante la duda que el gordo ( pesaba como 80 kg. mientras yo unos 40), me pegara, consulte a mi escudero Rubén, quien experto en física y matemática dedujo que era peligrosísima esa batalla ya que cada persona se podía lo que su cuerpo pesara , por lo tanto el gordo seria tan ágil como yo, me explico el futuro físico y científico. Ante la lógica empezó a entrar la duda en mi infantil mente, pensaba como retirarme de tal entuerto, pedir disculpas al gordo; jamás, hacerme el enfermo; no era solo dilatar el encuentro, llamar a mi tía Elisa para que usara su escoba salvadora; no le diría a mis padres y seria peor, pedir refuerzos a mi amigos y enfrenar al gordo entre tres o cuatro; no porque el gordo también tenia su equipo y eran mas grandes, solo me quedaba el recurso de escabullirme a la salida sin ser notado por los otros alumnos, pero seria una cobardía no propia de mi héroe favorito el Mio Cid
Falsas esperanzas, a la salida estaba la mitad de la escuela esperando el combate, yo había instruido a mi inseparable y fiel Rubén que en caso que me fuera muy mal y me estuvieran pegando demasiado, él se metiera a defenderme. Rubén se negó terminante y rotundamente, aduciendo razones morales , éticas, católicas y otras que al parecer eran mas temor a que el gordo nos pegara a los dos ( un amigo me contó que actualmente a Rubén le pega su señora , será esa la consecuencia de nuestra niñez, mi amigo habrá quedado con un trauma) y como último recurso fuera a buscar al Sr. Fritz, que aunque, nos llevaría a la Oficina, nos salvaría de la paliza; pero ahora estaba el rechoncho frente a mi y como pasaban los minutos y ambos estábamos frente a frente con los puños cerrados y no nos decidíamos a empezar la lucha que era coreada por todos los presentes, uno de ellos grito ¡¡¡ya rucio caldo de choro, tópale la oreja¡¡¡¡ eso me dio valor y me levantó el ánimo, valientemente cual domador que se acerca al león, mojé mis dedos con saliva y topé la oreja del contendor: Esperaba de inmediato un golpe demoledor; pero ¡oh sorpresa!: el gordo quedó paralizado y no reaccionó. Al ver esto otro de los presentes grito ¡ya rucio hazle la raya de la familiares! esta maniobra ofensiva de guerra, consistía en hacer varias rayas en el suelo de arena y manifestar que una raya era el papá; otra la mama; otra la hermana y se podían poner mas parientes cuan mas grande era el oprobio u ofensa, si el contendor borraba dichas rayas, quería decir que de inmediato iba el combo o patada.
Yo envalentonado por mi acción anterior de tomarle la oreja, me creía vencedor de inmediato, hice las rayas en la arena y recité los parientes del obeso, le marqué hasta su abuelita… Tampoco hubo reacción, de pronto observé que los amigos, entrenadores y asistentes del gordo se tapaban las narices y se alejaban de su ídolo, quedando este solo y una mancha de agua corría por sus pantalones y en su parte trasera aparecía una ignominiosa e infame, sombra amarillenta… Acto seguido mi contendor corrió, corrió y creo que aun sigue corriendo.
Creo que todas estas experiencias sirven al ser humano para aprender y en consecuencia poder actuar ante situaciones que nos presenta la vida, sin temor y enfrentar los hechos y problemas y no tomar caldo de cabeza o acobardarnos ante situaciones inciertas.
Luego otro amigo me confidencio que Rubén había echado a correr el rumor que yo era un excelente boxeador y además era experto en Judo Además de tener un tío campeón nacional de boxeo; he ahí el temor del gordo.
Años después concurrí a la localidad de Chiguayante y vi a la hermana del matón de la escuela caminando cerca de la estación, y obsesivo como siempre, quise consultarle sobre la realidad de los calzones y de que calidad, color y otras características pertinentes, pero al ver a dicha señora con sus 150 kilos netos y acompañada de 4 robustos mocetones, que al parecer eran sus nietos, solo le pregunté una dirección. No reconoció en mi al delgado muchacho que ambicionaba y soñaba con verle los calzones, estuvo bien que no lo haya hecho, porque luego me enteré que se había casado con un afamado levantador de pesas e hijo ilustre de Chiguayante.
6.-LA JUANA GALLO
Había un condiscípulo, que no era santo de mi devoción porque lo encontraba mamón; tenía una hermana que le decían la Juana Gallo ( en honor a la Juana Gallo de Pancho Villa, mujer mexicana que peleó con los guerrilleros, igual que un hombre y cuya película habíamos visto varias veces en el cine de Chiguayante que tenia la características de tener la galería abajo y la platea arriba). También veíamos películas en el frontis de la casa del Sr. Reimann, que eran auspiciadas por del Instituto Chileno Norteamericano de Cultura .
El hermano contaba con la protección y patrocinio de ella; que ya le había pegado a los mas viriles alumnos de la escuela y alrededores, siempre con mi mala suerte un buen día o mejor dicho; un mal día se me tercio el hermano. Pasó por mi lado y consciente del respaldo de su hermana me grito a boca de jarro ¡¡rucio caldo de choro!! , mi sobre-nombre.
Picado ya que anteriormente habíamos tenido un encontrón por un problema de unas bolitas de vidrio, se concertó la lid como siempre para la hora de salida, yo confiaba que no estaría su hermana, que tenia clases en la tarde, y nosotros en la mañana, empezamos bien y como diría un humorista actual, combos venían y combos iban, no había problema y yo dominaba bien la situación: De reojo observe que mi tía Elisa Fernández, estaba atenta para intervenir en caso necesario, atenta ella con su escoba en la mano, pero no era necesario, ya que tenia la victoria en la mano, sorpresivamente alguien grito. “¡Viene la Juana Gallo!, con el consiguiente desbande general y de inmediato sentí un combo en la cara que me tumbó en la arena y acto seguido una rodilla en pecho y una ronca voz que me increpaba que le pidiera perdón a su hermano y jurara nunca mas pegarle.
Al comienzo pensé en negarme rotundamente y miré si venia, mi tía, el Rubén o cualquier ente salvador, pero solo vi el puño cercano y amenazador de la Juana Gallo. Avergonzado, en voz baja y a las perdidas, manifesté lo que me exigía la defensora, por lo que me dejó no sin antes aforrarme un palmetazo de despedida.
Al día siguiente había trescientos alumnos gritando que al rucio caldo de choro, le había pegado la Juana Gallo, por lo que me hice el ofendido y me fui a encerrar en las cercanías de la salvadora Oficina del Director,( Sr. Balmaceda Saavedra ) donde por lo menos no me molestaron, hasta que se olvidó el incidente. Hasta allí llego mi escudero Rubén, cuando la zumba estaba lista, a manifestarme su solidaridad y ponerse a mi disposición en cualquier cosa y a darme soluciones inviables, como acusar al contendor; decirle a mis padres; contratar un matón; arrancarme hacia el cerro; regalarle un chocolate a la Juana Gallo, todas soluciones inútiles, que deshonrarían más mi personalidad y hombría, por lo que deduzco que Rubén ahora es político.
7.- ESCUELA DENTAL
A los 10 años empezaron los problemas dentales y en Chiguayante había un solo dentista no estando al alcance de mis padres el solventar dicho gasto. En ese entonces existía en Concepción la Escuela Dental de la Universidad de Concepción, era ya un viejo edificio, mas parecido a la casa de drácula y estaba ubicado en pleno corazón del barrio universitario, en esos años las técnicas odontológicas eran simplemente sacar dientes y muelas, sólo eso era la tarea.
Para las prácticas de los estudiantes, usaban verdaderos conejillos de indias, ya que era gratuito, entre los favorecidos estaba el suscrito, quien debía estar ese día en Concepción, a las 06.00 en la puerta de la escuela dental junto a otras numerosas victimas, para esperar las 08. 00 horas donde llegaba un auxiliar que entregaba un número. Los que tocaban dichos números se consideraban desafortunados y esperaban hasta las 10,00 horas en que empezaba la atención y a mi personalmente me pasaron a una inmensa sala color gris donde en dos filas había unas 40 sillas dentales. Pasaban los 40 desafortunados y luego hacía su aparición un Dentista de edad avanzada , rodeado de unos 30 estudiantes todos con inmaculados guardapolvos blancos, parecían ángeles
En ese mismo lugar eran arengados por el Dentista y profesor, haciendo hincapié que era la primera vez que extraerían una muela o diente, era el momento en que los imberbes estudiantes efectuaban consultas, sobre el tema, haciendo preguntas no muy alentadores para nosotros los pacientes: como la manera de actuar si salía mucha sangre, si para hacer mas fuerza podían colocar la rodilla en el pecho de la victima, uno pregunto , que haría si el paciente se caía de la silla dental, el Profesor le contesto con un garabato irreproducible; ya bien recomendados los estudiantes se dirigían a una silla con su correspondiente victima, los que mirábamos aterrorizado el inminente suplicio.
El profesor sereno, templado, tranquilo, inmutable, impertérrito y desde el centro de la sala consultaba si todos los estudiantes tenían su tenaza en la mano, al contestar que si, este levantando su propia tenaza, explicaba la forma de tomarla, y luego ordenaba dirigirse a la victima hacerle abrir la boca e introducir la tenaza en ella, solamente eso, nada mas, sólo la punta, (cuantas veces ocupé en mi vida esa chiva), insistiendo que solamente se trataba de sacar la muela o diente, nada de tapaduras, placas o planchas, solo sacar muelas.
Ahí el profesor y dentista, pariente lejano de Galeno pasaba inspección para comprobar si todos los estudiantes estaban en posición adecuada, profesional. El Dr. corregía posiciones y daba indicaciones como poner los brazos y dedos para hacer mayor fuerza, mientras las 40 victimas estábamos con la boca abierta y con la correspondiente tenaza dentro de la boca. En esos tiempos no existían derechos humanos, ni vicaria de la solidaridad, al parecer tampoco anestesia.
La siguiente orden del profesor, era aprisionar el diente o muela con las tenazas pero sin sacarlo. Nueva inspección de las posiciones y luego tirar para comprobar si habían sujetado el diente o muela en forma correcta, nueva inspección del profesor. Ya habían transcurrido 30 minutos, en que los pacientes, estábamos con la boca abierta y empezaba a corrernos un delgado hilo de saliva a veces no tan delgado, el cual nos manchaba nuestros trajes de mezclilla, pero eso no era problema para profesor y estudiantes, toda su concentración , mente, espíritu y corazón estaba en la rebelde muela.
Siguiendo su metodología el cirujano-dentista ordenaba tirar y sacar el objetivo.
Se escuchaba al instante un alarido simultáneo de todas las victimas y el profesor desde su lugar de observación ,que era como un estrado ,con cara de consulta y ladeando la cabeza miraba sus alumnos: el 10 % lograba su objetivo y levantaban felices sus trofeos, el 90% restante miraba con cara de angustia al profesor y a los clientes que llorábamos desconsoladamente el fracaso de la maniobra y preparándonos para una segunda tortura, la que llegaba a la voz del Dr. quien severamente, increpaba a los blancos alumnos en el arte de colocar la tenaza y hacer fuerza de palanca que sacaría el hueso rebelde, nosotros siempre con la boca abierta.
El Dr. inspeccionaba uno por uno alumnos y futuros cirujanos-dentistas y corregía posiciones, algunas de las victimas ya tenían arcadas… a la nueva orden del profesor nuevo alarido general y en esta tentativa lograban un 50% de efectividad. Ya para ese entonces transpiraban tanto alumnos, pacientes y profesor, a pesar de ser invierno y no haber calefacción
Finalmente el descendiente de galeno, inspeccionaba las muelas o dientes extraídos los cuales eran elevados en alto en señal de triunfo por los alumnos en practica, cual sendos trofeos de guerra En esos momentos solo deseaba que apareciera mi tía Elisa con sus escoba y las emprendiera contra los malvados y blanquecinos futuros dentistas, pero todo era inútil y no aparecía, de escoba solo vi un auxiliar, que insolentemente le pedía a los alumnos que se hiciesen a un lado para sacar la basura.
No llego nunca la escoba defensora. Los alumnos que se habían equivocado de muela o dientes guardaban riguroso silencio y los afectados hacían causa común con una mirada cómplice.
Para terminar alumnos y profesor brindaban a los pacientes sendas sonrisas e invitaban muy cordialmente a volver y seguir siendo conejillos de indias. Debe haber algún profesional dentista que a lo mejor se querelle en mi contra, como están de moda dichas causas judiciales, pero no importa ya que a mi edad no me van a secar en la cárcel , ya estoy seco, o bien reconozco el delito, o sea hago la del pillado, reconozco virilmente, con serenidad, con el corazón bien puesto, con un historial limpio.Declararía que estoy molesto, no cómodo con esta situación y estaría dando la cara con el pecho al frente como se usa ahora ; estaría salvado, a lo mas tendría que indemnizar, pero con que , declarando que no existió la escuela dental, que todo fue una utopía como García Márquez en Macondo, que no existieron estos alumnos, que no existió el loco de Pedro de Valdivia, pero tengo pruebas indesmentible: las muelas que me faltan y por lo que ya estoy pensando hacerme una placa o prótesis, pero con mi poca jubilación como pago eso… podré aducir una exoneración y que el gobierno me indemnice aunque sea con un puente dental. Porque pensando bien yo también fui exonerado, al llevarme a esa tétrica escuela dental, mis derechos fueron vilmente vulnerados y quebrantados; puedo recurrir a Admistía Internacional a la ONU, o la OEA, al Tribunal de la Haya, o donde sea menester con tal de revertir las atrocidades cometidas en nombre de la salud y la ciencia en esos aciagos días de mi niñez.
Estoy buscando en la lista de los alumnos y profesores de la escuela dental de esos años, a ver si encuentro algún ascendiente aunque sea lejano de Pinochet para tener ese argumento y lograr de que por ahí me salga mi ansiada pensión de exonerado, pero me ha ido mal no encuentro nadie de apellido Pinochet, solo encontré uno de apellido Pinchulet, pero es de ascendencia mapuche y podría tener problemas con la coordinadora Arauco Malleco, en una de esas capaz que me devuelvan algún pedazo de tierra, aunque sea poquito.
Pero la esperanza mas cercana de reponer mi dentadura está en una nieta que entro este año a estudiar dentística; creo se titulará en unos ocho años mas, puedo esperar, al final no es tanto; mientras puedo comer papillas o colados, están de moda las sopitas, ahora el estado regala una especie de puré, estoy bien por ese lado.
Lo que si no transaré , es que ya mi nieta me manifestó que para su practica necesita voluntarios, no y no yo no iré, apelaré a cualquier estratagema , artimaña o truco, que tengo un trauma de niño, alguna depresión, no soporto el olor a remedios lo que sea, aunque claudique en mis principios y mienta descaradamente, no iré, definitivamente no iré y punto. No señor No.
Años después conocí en Pedro de Valdivia un loco o trastornado que repetía en voz alta y constantemente la cantinela: ¡¡¡Yo soy el 10 de la Escuela Dental!¡¡, al verlo un día reconocí unos de mis compañeros de las inmemorables extracciones de muelas, me pregunto habrá quedado loco o traumado por esas situaciones.
Algún día consultare a un siquiatra, ya que cuando voy al dentista me dan unos deseos irresistibles de quitarle sus instrumentos y yo sacar las muelas a los pacientes, es como una revancha que tengo fija en mi mente.
8.-LOS CALZONCILLOS
Respecto la prenda intima de los calzones (antes eran cuadros) y solamente don Mario Navarro que tenia un emporio y que era Español castizo decía calzones, culo, y otras palabras que me sabían a atrevimiento o grosería, pero los calzoncillos también me están causando problemas, resulta que a los 65 años no se que ponerme los colaless o tanga como son delgados y de fibra se me meten en esa parte, provocándome ardor, picazón , cambié a boxes o calzoncillo antiguo y como son hechos made in china y son jetones , se me salen las presas por un lado, el problema es que, como yo estribo a la izquierda, pero el portillo lo traen en la derecha, cuando voy al urinario de los mall u otros públicos los caballeros piensan que me estoy masturbando y tengo que darle explicaciones a todo el mundo, el otro día un guardia de barba me llamo la atención, amenazándome que la próxima
oportunidad me llevaría a la oficina, lo que me recordó al director de la escuela Sr. Saavedra al Subdirector Sr. Barrientos y porque no al Sr. Fritz
Pensando que la solución estaría en comprar calzoncillos en una tienda de un
Japonés y aprovechando que estaban baratos compre una docena, pero al llegar a la casa y examinarlos pude comprobar que no tenían portillo, por lo que indignado increpe al japonés y este en su medio castellano no hizo saber que en Japón los hombres se cholloncaban (encunclillaban ) para hacer sus necesidades, a mi mujer la di esa explicación y todavía me reta, como vivo en un edificio de departamentos y la ropa lavada se cuelga con vista al publico y vecinos; al salir a mi trabajo observo que los vecinos copuchan y murmuran algo sobre los calzoncillos sin hoyo.
Mas ahora que a mi edad empieza el problema de la próstata, por lo que debo medir y planificar muy bien mis acciones, si estoy en comidas debo ocupar la silla mas cercana al baño, eso mismo pasa en el cine, espectáculos públicos y reuniones sociales, donde no tengo problemas es en piscinas ríos y mares ya que ahí estoy a mis anchas y todo pasa desapercibido. Estoy como un niño de 5 años, al salir a alguna parte con mi esposa me consulta ¿ hiciste pichi ¿
Cuando estamos en alguna reunión social y sale el tema de la próstata, yo siempre con mi carácter franco manifiesto haberme operado de dicha parte de mi cuerpo; ante lo cual los varones presentes hinchando el pecho me miran en forma lastimosa y compasiva y dicen no tener problema alguno, pero luego y en forma personal y en voz baja confiesan ese mismo problema y me piden consejos yo en forma vengativa le digo que tienen que hacerse ver por el Urólogo y de inmediato le recomiendo al Doctor Pater Argon W un Yugoslavo de casi dos metros que calza 45 y tiene unos dedos que parecen puños; tantos pacientes le he enviado que me da una comisión en dinero y la garantía que cuando soy yo el examinado me haga el procedimiento su ayudante que aunque medio delicadito es una persona de talla normal y en especial dedos normales; al consultarles a los pacientes-amigos como les fue, además de hacer un gesto de dolor y repugnancia me recuerdan toda mi parentela
Pero estaba con el problema de los calzoncillos y recuerdo con nostalgia mis calzoncillos de mezclilla Chiguayantinos, estoy por no usar calzoncillos , o sea andar a lo gringo, como decían cuando estábamos niños y aun me asalta la duda ¿usaran calzoncillos los gringos¿ ¿y las gringas, como andan? Ruego a alguien que se apiade de este adulto Mayor y desde Estados Unidos, Inglaterra u otro país gringo, me mande un email manifestándome tal circunstancias, para algún día poder descansar en paz y sacarme esa espina que llevo.
Una vez y con motivo de una delegación norteamericana contacté a mi amigo Rubén, con vergüenza le expliqué mi duda, pero para sorpresa mía el también tenia esa espina metida, y nos concertamos cual infantes de antaño para espiar alguna gringa, no hubo caso y es por eso que acudo a Uds. Señores es mi ultimo recurso por favor ayúdenme para mi es cosa de vida o muerte.
Respecto a las dudas que tengo de pequeño y algunas aun persisten recuerdo en Chiguayante llegaron unos negros traídos desde el Perú por la Grace CIA, y no me explicaba que si eran gringos porque eran negros, seria una clase especial de gringos, los italianos también eran gringos, todo extranjero o que hablara en forma media enredada era gringo, un día llego a un compañero nuevo, era igual a nosotros, pero hablaba muy raro y dentro de mi razonamiento infantil pensé que era gringo, años después lo vi ensayando valet y luego peinando en un salón de belleza de damas y ya con mi experiencia en la vida , pude comprobar que no era gringo era gay
Ni siquiera puedo ser como Joaquín Edwards Bello, que según sus detractores era un trepador social que trepaba hacia abajo, fue un gran mirón, consumado delator de las muchas miserias y escasas grandezas del país, de su tendencia a las mujeres, al juego y su pésimo carácter de decir la verdad, para ser como el hay que tener dinero, porque nadie escribe una novela sobre un pariente arribista, por mas éxito , plata y reconocimiento que alcanzara. Decir la verdad en el mundo actual es una sentencia de muerte y no encaja en estos tiempos. De los nuevos ricos se publican libros de superación personal, biografías pagadas, entrevistas y perfiles laudatorios a pedido
En mi vida me e encontrado con varios amigos de infancia y al recordarle nuestras carencias infantiles y juveniles, manifiestan que ellos no, eran gringos o sus padres tenia mucho dinero y solamente vivían ahí por diversión
No han aprendido nada de la vida o bien aprendieron muy bien de la vida, ya que la mayoría tiene un buen pasar económico; mientras que yo y otros soñadores y veraces andamos a patas con los piojos. Mi ultima esperanza que con este escrito sea nominado para el premio Nobel y ahí si que podré decir que viví mi vida de incógnito y era hijo de Pablo Neruda y de Gabriela Mistral, abandonado por ambos en las puertas de un convento y recogido por mis padres adoptivos, que fui reconocido por un medallón de oro macizo con un diamante que valía un millón de dólares ¿¿¿¿¿¿¿¿¡. Me fui para otra novela que quiero escribir y es un dramon venezolano.
Este es el fin de la primera parte de este cuento historia, escrito, pensamientos ; ni yo se lo que es. Escribiré una segunda parte si recibo mas de 5 críticas, por que si la leyeron ya es un triunfo; sino chao escritor en cierne y dejo bien en claro que toda es una fantasía cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.
FIN
Viene en la próxima edición :
-Incursión al Castillo Papen con mi primo tatita
- Escuela nro. 30
-El propagandista
-Cerro Manquimavida, encuentro con el leon
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FIN
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