Espejismo real.
Inerme en el paramo candente, vi el crepúsculo avecinarse en mi rescate, mas fue solo ilusión; la diminuta distancia que parecía separarnos se transformó en infinito. Caí a la espera de la expiración de mi tiempo, del final de mi camino, y me despedí de mis recuerdos solitario y vacio. Vi marcharse mis sueños primero, luego anhelos y fantasías; por último vi partir mi alma. Cuando por fin mis ojos cedían por última vez, allí en el horizonte eterno, una desdibujada silueta se vio. El temblor me conmovía, el sudor llenaba mis ojos de lágrimas, pero a pesar de ello pude distinguirte, eras tú que venías en mi rescate. Cuando volví en mí, en otro tiempo y lugar, estabas allí, tomando mi mano, curándome con tu mirada, protegiéndome como una inspiración divina. Supe por fin un día, que una medicina muy antigua pudo sanarme por completo cuando me creí terminado, fue el amor, mi amor, fue tu amor. Te amo con todo lo que de mi queda y por siempre seré tu súbdito fiel.
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