Todo comenzó,
Una tarde de fría de invierno,
En el mismo lugar que nuestros corazones
Se sentaron a conversar
Aquella vez que discutimos,
Aun recuerdo esa tarde en que luego
Cayó la lluvia en el lugar más delicado de nuestra ciudad,
Que llamaremos como capital El Corazón.

Esta historia siguió en el transcurso de la tarde
En donde el viento congelaba nuestras miradas
Y las tensiones bajaban y alejaba
Nuestro sentir.

Hasta que al amparo de aquella luz del sol,
Que ilumino y nos cegó nuestras ideas,
Propició lo que llamaremos,
“Un gesto, es más fuerte que la palabra”.

Luego de unos minutos,
Me quede concentrado y pensativo,
dejando en mi sentido la melodía de una canción,
me acerque tímidamente,
como queriendo recoger el frío,
y sacarlo sutilmente de tus brazos,
en ese momento,
tomé tus manos y las puse en mi alrededor,
y me acerque lentamente
mientras segundo a segundo sentía como tú respiración y tú rostro abrasaba mi ser,
me quede concentrado,
cuando desde el cielo,
cayó la señal de ver tus ojos,
y entender más allá de lo que veía en ellos.

Sentí en cada caricia tuya la respuesta,
que tantas veces me costó comprender,
pero ahora,
con una fuerza especial,
algo me dijo que, no hay palabras que reflejen lo que sientes,
así es que caí en un abraso y en un beso,
y ahí en tú boca y tú aliento me perdí.