Probablemente yo no estaré cuando la luna salga tras el campanario, con susurros de esperanza de un gélido verano. Puede hasta tal vez que lloren las estrellas en el camposanto, con tañidos de silencio que despierten al sueño truncado. Y quizás podría acontecer que se me humedezcan los labios, con las sequedades del viento al gemir entre los cipreses huraños. Pero de bien seguro que nadie andará mis pasos que fueron de la noche al alba, cuando solo tú y yo nos besamos. Es indudable… A Nuria Joan © Bosch 25/06/11
Texto agregado el 25-06-2011, y leído por 86 visitantes. (2 votos)