Y que...
si el final toda respiración
es un juego de movimiento,
si al final todos los ojos
juegan a inventar colores,
si al final todas las manos
hacen ronda a la alegría, al dolor.
Y más hoy...
que el eco de la fiesta
llena de luz el cielo nocturno
renace una vez más
el juego milenario
que suplanta dioses
ante los ojos que
se divierten con lo invisible.
Texto agregado el 25-06-2011, y leído por 937
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