Tijuana BC Jun.2011. ¡Sabes…!
Es sencilla mi vida, es humilde mi mundo, no transito de aquí para allá ni en esto ni en aquello.
Mi jornada es simple, lo que sí hago, es darle sabor y colorido a mi existencia.
Levantarme a trabajar fuera de casa...todos los días.
Encontrar a mis amistades, al vecino y crear un saludo que anime tanto para quien lo dice como para quien lo escucha.
Expresar una palabra de agradecimiento a Dios y sentirse en contacto con Él.
Hacer del trabajo una fiesta, una forma de disfrutar más que de gastarse, todos los días.
Esta es mi vida.
Así nos hemos encontrado, nuestros caminos parecían completos y, de pronto, nos vimos y nos incluimos.
Nada cambia y todo ha cambiado.
La vida sigue igual y es diferente.
El corazón se ha transformado.
Nuestra relación tiene otro espíritu, puedo tomar mi realidad y embellecerla, puedo mirar lo que miro, con otra mirada, la vida sabe diferente.
Así como le pido a el Creador, que le preste vida y fuerza a mi corazón para el camino, así me atrevo a ofrecer mis ojos, mi voz, mis manos, mi vida, a quien se acerca, para que vea y me trate, con una cercanía de su corazón.
No, no es vanidad: simplemente soy como los pinceles en las manos de un pintor: el lienzo refleja no tanto a los pinceles y a la pintura, sino al pintor, al autor de la obra.
Podría no escribir y la vida continuaría para ustedes y para mí, quizá igual.
Sólo que hay un pequeño inconveniente, que me dice que no: que al escribir me sentiré mejor y también ustedes.
Lo pequeño sigue siendo grande en la vida sencilla.
Los detalles son como la arquitectura en la ingeniería.
Los títulos y lo funcional no bastan para vivir: los detalles son el sabor de la vida.
Nunca estamos ni estaremos de más mientras estemos viv@s.
Lo que hoy hablemos o hagamos, será un retoque más para este mundo maravilloso que nos ha tocado vivir.
Y aunque los pasillos de nuestro rincón existencial, hayan sido recorridos miles de veces, todavía hay encanto en cada pared, en cada escondrijo.
Las historias de hoy no hacen olvidar las de ayer y hay bulla y voces que se escuchan claramente cuando guardamos silencio.
El sonoro silencio del amor inunda estos espacios y el corazón se alegra y hasta llora de felicidad por tanta vida vivida, por tanta vida por vivirse...
Qué gusto tan grande encontrarnos en un espacio tan pequeño.
Después de nosotr@s la vida seguirá, aunque no igual.
Faltará lo tuyo, lo mío, por eso conviene vivir intensamente y no morirse antes de estar enterrad@s.
Desde BC, mi rincón existencial, donde la vida me sorprende con agradables encuentros a cada paso.
Andrea Guadalupe.
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