parado en el centro de mi vida
alcé las manos hacia el cielo
una luz brillaba en lo alto
!hermano¡, me dijo...
quedé sintiendo que todo es uno,
que uno es todo
cuando del mundo interior escuché
¡hermano!...
se abrieron todos los ojos del mundo
y miré hacia el mundo de papel
desordenadamente perfecto
hombres y mujeres
bestias y plantas
tierras y mares
todo en su lugar imperfecto
cuando volví a escuchar:
¡hermano!...
bajé de mi montaña
dejé mi mundo de papel
cogí la mano del primer hombre
y le di un beso en los pies
hermano, le dije...
Texto agregado el 24-06-2011, y leído por 213
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