Preparando las cosas para la mudanza, Patricia se encontró con una gran caja de madera con el contenido que su abuelo le había legado. Esta caja contenía ropa de la época que había usado el abuelo, varias pipas para fumar marihuana, varias hojas de papel arroz, gafas oscuras con la marca Ray Ban, un tocadiscos y un gran número de discos de acetato todos de música rock de los sesentas, setentas y ochentas: las décadas doradas del rock and roll. Conectó el tocadiscos, sacó un acetato y unos instantes después comenzó a oír el sonido de tambores y gritos; le subió el volumen al torna-mesa; las notas invadieron su cuerpo que empezó a moverse al son del ritmo africanizado de la canción simpathy for the devil (simpatías por el diablo) de los Rolling Stones. Subió de nuevo el volumen y se dejó llevar por el éxtasis que la música le producía.

Era el año 2050. Siete después de la Gran Catástrofe. Hacía veinte años que el abuelo de patricia había muerto. Había nacido en el año 1945 y a los 24 se encontró con sus amigos latinoamericanos en el gran festival de música y arte Woodstock en las afueras de la ciudad de Nueva York. Era amante de la música rock en todos sus géneros. Patricia, su única nieta, heredó toda su colección de acetatos, además del gusto por los más celebres artistas de la música que más lo apasionaba, y que según sus palabras, “era por lo único que había valido la pena haber vivido”: la música rock.

Al oír la música a todo volumen, sus hijos bajaron a toda prisa por las escaleras; al llegar a la sala vieron a su madre moviendo su cuerpo rítmicamente y dando brincos como atacada por una maléfica enfermedad. Su cara sonreía en una mueca de satisfacción que hacía tiempo no sentía. Su hija de 12 años corrió hacia el diabólico aparato y lo desconectó.

- Mamá que te pasa! No sabes que está prohibido escuchar esa clase de música. Le increpó su hija.
- ¿Y tú crees que la música fue la culpable de los males que aquejaron a la humanidad?. El rock no tuvo la culpa fueron otras cosas… le respondió patricia.
- No lo sé, es posible. Pero debemos obedecer las órdenes del CMPT. Ademas, los documentales…
- Los documentales, los documentales. Basta ya de esos malditos documentales a toda hora.

Patricia, madre soltera con dos hijos de 7 y 12 años, debía abandonar para siempre su casa paterna. Esta era parte del área donde construirían un mega centro educativo auspiciado por las Naciones Unidas y que albergaría a todos los niños de la ciudad en edad de estudiar la etapa de preescolar, primaria y vocacional. Después de la G.C. los líderes mundiales habían decidido que la educación, la alimentación y la salud de los niños debería ser patrimonio y deber universal.

El consumo masivo de productos que contaminaron las fuentes de agua, el calentamiento global, y la aniquilación de muchas especies animales fueron las causantes de los derretimientos de la antártica que creó el segundo diluvio universal, acabando a dos tercios de la raza humana e inundando la mitad de la masa de tierra del planeta: la Gran Catástrofe. Después de la tragedia se creó El CMPT (Consejo Mundial para la Protección de la Tierra).
Permanentemente se pasaban por los servicios de cable y en la Gran Red, los documentales de las inundaciones, y lo que había ocasionado el calentamiento global. No permitirían la aniquilación de la raza humana.
Había prohibido, entre otras, la música estridente; ninguna grabación ni interpretación musical debería llevar percusión, pues esto alteraba los estados anímicos y mentales de las personas y los incitaba a consumir alcohol y drogas alucinógenas, que luego los inducia a cometer actos salvajes contra la supervivencia del planeta.

- El abuelo no hubiera podido resistir estos cambios.
- Mamá, admítelo el abuelo vivió las épocas irresponsables donde no respetaban limites. No has visto los documentales?
- Les he prohibido rotundamente que vean esa basura. Eso les está metiendo en la cabeza que las épocas del abuelo fueron las peores que pudo sufrir la tierra.
- Pero estamos seguros que así fue. Además en los mega centros educativos…
- Les prohíbo que sigan viendo los programas sobre cómo viven los niños en los mega centros educativos. Eso es una farsa. Es solo un medio para lavarles el cerebro y un pretexto para secuestrar a los niños y jóvenes.
- Mamá, todo eso es verdad. Ojalá contigo viviéramos como se vive allá.
- Que no se hable más del asunto. Suban a sus cuartos y se quedan allí.
- Pero mamá esto es ilegal. Si se enteran los del CMPT…
- ¡Basta ya de amenazas. A sus cuartos!. Se están ganando una buena paliza.

Al día siguiente cuatro agentes del CMPT vestidos completamente de negro, su cabeza cubierta por un casco con luz normal y para visión nocturna y cámara web, armados con pistolas paralizantes de bajo impacto, una video grabadora, bajan del vehículo eléctrico conducido automáticamente orientado por un GPS. Tocan a la puerta varias veces. Al no obtener respuesta, con su llave maestra irrumpen pacíficamente en la casa de patricia. Todas las actividades de los agentes se monitorean a través de la Gran Red y ellos a su vez graban un video de lo que acontece. Buscan a patricia en la casa y le leen el veredicto emitido por un Juez de Reconstrucción del Planeta Tierra:
“El CMTP en cumplimiento estricto de las nuevas leyes universales de protección del planeta tierra y de la especie humana estipula que:
Por las constantes desatenciones, en la persona de PATRICIA ARENAS, a las nuevas leyes de Reconstrucción de la Tierra, maltrato psicológico recurrente a sus hijos, el JRPT D0E55 actuando conforme a las nuevas leyes, decide trasladar a los niños CARLOS ARENAS de 7 años y BETTY ARENAS de 12 años al Mega Centro Educativo de la ciudad de NUEVAPAMPLONA, donde se le brindará alimentación adecuada, servicios de salud, educación con orientación vocacional hasta que cumplan la edad de 18 años. Su madre podrá estar en contacto permanente con ellos a través de la Gran Red en los horarios establecidos para tales fines. Para más información sobre esta decisión dirigirse al website 4www.cmpt sección ACCIONES DE PREVENCION Y CORRECCION. ID 002AE056F. Procédase de acuerdo a la Nueva Ley”. Los agentes suben las escaleras, toman a los niños y proceden a marcharse con ellos. Patricia mira con resignación a sus hijos. Sabe que no puede hacer nada y una lagrima silenciosa baja por su mejilla.

- Mamá no llores. Estaremos bien.

FIN