Mi lenguaje no tiene remilgos al insinuar tu acercamiento,
la arremetida caprichosa es una decisión personal,
por eso no importa la llegada de tus cosas,
justo en el segundo vulnerable del día,
cerrando la reja y girando la llave,
de espaldas al sol invernal,
temprano...
aun con el frío en la mente,
el aire espeso- húmedo,
y tu mirada de escorzo,
y tu silencio cobijado en la luz pálida sin calor,
… estoica,
y yo de espaldas,
olfateando algunas perversiones sonrientes,
García Márquez y su Crónica de...
en el inconsciente colectivo,
recurrente cuando uno esta de espaldas,
y oigo un clic,
un percutor sin fines de lucro,
un relámpago mudo,
y el dolor preciso escapando por pecho,
un ardor totalmente ajeno al hombre,
derramándome justo frente a la maldita reja,
cayendo sin freno observando tus hermosos ojos,
¿por que no te odio entonces?...
me sostienes y me besas la frente,
y ahí entiendo tu arremetida caprichosa,
… un deseo contenido,
solo eso,
…............................... |