Es cierto, yo no estaba,
Mientras tu vida agonizaba y te ibas sin remedio
Yo vivía de mis sueños y volaba, volaba.
Te fuiste sin sorpresas, eso se esperaba,
Los tuyos junto a ti, tus ojos sin mirada.
Se preguntaban algunos:
¿Qué será de él, que será?
Pero yo en ese momento, más cercano que lejano
Sentí el dardo de la ausencia que mordía,
y supe tu partida sin presenciarla.
Mi rumbo cambió tan pronto te sentí,
Tu alma voló junto a la mía,
Pero la tuya gozaba libertad,
Y la mía a la vida se amarraba.
Quise verte más no pude,
Y al caer a tierra,
mis alas se cerraron para siempre,
Para abrirse solamente
Cuando me requiera el lejano firmamento
En el viaje definitivo y sin retorno.
Hasta entonces miro al cielo
Para verte paso a paso entre las nube
Y ver como tu esencia se confunde
Con el cielo cuando estalla en mil colores.