llegué a tiempo para ignorar ese mensaje que decía que no hiciese caso de tí. mientras el alcoholímetro recibía mi mejor beso, de vuelta a casa mi almohada Paquita se empeñaba en no tener sexo conmigo, creo que intuye que ya no me pone. la cara oculta de la luna se ríe vehementemente, que bonito era pasear agarrandote a tí casi tan fuerte como a la bolsa que ocultaba mi recién comprada cazadora de siete bolsillos. la ventana me come. bostezo vuela para caer de bruces en la acera asfaltada con moho. frenar sólo en caso de emergencia. a cascoporro