| Rue du Lamarck, 81Montmatre, Paris
 
 Hemos cenado en el Bistrot Poulbot
 tristes y ausentes
 agrios como la salsa de yogurt de mi pescado
 
 al salir me deslumbran los ojos amarillos del gato Renault
 que levanta el agua de la calle en sucia aspersión
 me va guiando al foco del interrogatorio
 farola vaporosa, más arriba de la calle
 
 asuntos internos ya me ha condenado a pena de úlceras
 pero me falta tu castigo,  poli-buena, poli-mala
 
 últimamente me has vigilado
 más carnalmente
 más mentalmente
 más sistemáticamente
 merecidamente
 
 y a tus preguntas inquinas
 solo has hallado respuestas ausentes
 
 acorralado y cansado
 bajo la luz gas de la farola parisina
 este reo, se resiste a derrumbarse en confesión
 tus preguntas, cada vez más certeras
 cortan de un tajo mis explicaciones gordianas
 maraña enredada, de mentiras, sobre embustes y falacias.
 
 Nosotros, amantes – en pause –
 protegidos del mal genio del cielo
 por el arco de piedra, del numero 81 de la Rue du Lamarck
 nos miramos escrutantes, en radiografía sentimental
 y tus ojos acostumbrados a auscultar corazones
 hasta que laten sinceros
 saben, de mi infamia oscura, por una mirada no entregada
 sentimiento hostil, de culpa y reconocimiento tácito
 
 y bajo la lluvia, espero el desenlace
 
 el beso,
 el perdón o el adiós
 el abrazo o el desprecio merecido
 tu grandeza ó mi abominable condición.
 
 Hay un clímax perfecto, para ablandar corazones vendados
 Paris, la lluvia, la farola vaporosa
 ambiente de romance, o de trágico final
 
 después de la bofetada
 tus golpes en mi pecho
 tu derrumbe, mis sollozos
 mi derrumbe, tus sollozos
 mis balbuceos suplicantes
 nuestro encuentro ocular y sincero
 
 te decantas por el amor
 
 es beso, abrazo y perdón
 preludio, de mi sinceridad
 preludio, de mi confesión
 
 mis ojos, lloran hacia dentro, también con tus lágrimas
 el rimel de tu mirada, es el desastre de la verdad
 el color de tus labios , me lo lleve, en el beso del perdón
 
 y te aferras a mí, como a un deseo de esperanza
 me aferro a ti, como un arrepentido
 como un condenado indultado,
 como un prisionero de guerra herido,
 apoyado en el sanitario, del bando enemigo
 
 caminamos, bajo la lluvia, hacia el hotel
 yo con mis manos en los bolsillos
 tú, con el pelo mojado,
 no hablamos, solo sentimos
 y ...
 nos perdimos, en Montmartre,
 el plano callejero está mojado y borroso
 de lágrimas y lluvia de otoño.
 
 
 THE END
 
 Títulos de crédito
 
 Pantalla en negro
 
 
 
 Antonio © M.  ( T i T o. M.)
 Junio 2011
 Pensamientos Vagabundos
 
 
 
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