Era la mañana del 18 de febrero, estaba en la casa escuchando música y leyendo. Prendí el turbo ventilador, las cintas de colores se movían al compás de la música. No podía pedir nada más, todo era perfecto.
Unos golpes en la puerta interrumpieron la armonía, al acercarme a la mirilla quedé sorprendida. Walter estaba vestido de traje y con un maletín negro en la mano. Lo dejé pasar. Seguramente se percato de mi cara de asombro, lo noté un poco incómodo.
-Buenos días Walter, que cambio tan grande, a que se debe.
-Buenos días, disculpe pero no sé su nombre.
-Soy shosha.
-Un gusto conocerla.
-Perdón pero ya nos conocemos, nos cruzamos varias veces en la casa.
-No, esta usted equivocada, a quien usted conoce es a Walter, yo soy el hermano gemelo.
-Mire un poco, hubiese jurado que era él.
-No, yo soy inspector de la policía metropolitana, me dedico a la investigación de drogas, mi hermano esta perdido en la vida, fíjese que se dedica a las artesanías, digamos un camino sin retorno, como dice mi padre.
-Ajá, que interesante (a esa altura se me aflojaron las piernas y comencé a sudar, pensaba en lo hermosa que estaba la planta de marucha) Creo que Walter es un gran muchacho, pero bueno si el padre opina eso, quien soy yo para desmentirlo (trataba de congraciarme). A que debo el honor de su visita.
-Hay una denuncia sobre la tenencia de plantas de droga en esta propiedad.
-Quién pudo levantar tal calumnia, somos personas muy respetables, jamás se nos ocurriría semejante cosa. (Veía barrotes por todos lados). Es más somos escritores de una prestigiosa página literaria, no hemos ganado aun premios, pero no estamos lejos.
-Eso no le corresponde averiguar. Yo voy a requisar la casa. Y que sean escritores no prueba nada.
-Un momento señor, trajo usted una orden, de lo contrario tengo que pedirle que se retire. (Llame a Lancelot, haciéndole notar que no estaba sola)
-Cree que de no traer una orden me arriesgaría a entrar, sé mucho de procedimientos señora. Aquí tiene la orden y por favor haga callar a los loros me aturden.
-Lo lamento pero los loros solo se callan si están los dueños. Si gusta los llamo. Mire que bellos son dos tesoritos diría yo- A ver Marlon cántale una canción que Galileo te sigue. Vamos no sean tímidos. (Pero los loros nada, para mi que hace días que nadie les arrima girasol)
-No es necesario señora, no vine a escucharlos, lea la orden así seguimos.
-Bueno usted se lo pierde, también tenemos a Mapi, es tan especial, si no tuviera caparazón se podría decir que es humana.
-Basta de pavadas, es un departamento o un jardín zoológico.
-Es que amamos a los animales, ¿quiere que le muestre mis mascotas?
-Si y terminemos.
-Aquí están en su cajita, están muy cómodas. Estas son de la familia de las Mesothelae, se caracterizan por el estrecho esternón en el lado ventral del prosoma, bla, bla, bla.
-Mire señora me cansé de sus bichos, le falta mucho de la fauna, me gustaría pasar a la flora.
-Bueno hombre, un poco de información nunca esta de más, aun nos quedan las ratitas. -No se asuste son mansitas y están castradas. Disculpe pero tanto hablar se me seco la garganta, gusta unos mates.
-No, quiero hablar con algún miembro de esta casa que este cuerdo, cuando puedo encontrarlo.
-Eso es fácil, hubiese empezado por allí, averigüe en la inmobiliaria, cuando se venza el contrato y la alquilen nuevamente regrese, de los que venimos acá no hay ni uno solo cuerdo, tal vez exagero, Walter parece tenerla bastante clara.
shosha |