existiendo, entiendo, sintiendo, viviendo, conociendo, bebiendo, comiendo, escribiendo...

dentro de instantes entraré al mundo sin igual de los sueños... no recuerdo muchos de ellos, pero, en esta vida, la realidad tiene dos caras, una es la que nos gusta y otra, la que a otros les gusta... recuerdo sentado frente a la pared, mirando las esquinas del cuarto, la puerta, el silencio, el ropero y la ropa dentro de ella... recuerdo estar sentado en aquella cama de madre y de frasadas claras con una almohada de color blanca, pensando en quién podría pasar por la puerta de mi cuarto... el día pasaba y no salía del cuarto cuando alguien tocó la puerta de mi cuarto... ¿tienes hambre?, preguntó mi madre. no, dije mintiendo... hay veces en que el sufrir de los demás anestesia el dolor de uno mismos, y mas si es una persona que amamos... llegó la noche y las luces de la casa se encendieron, menos la de mi cuarto. la pared seguía frente a mi rostro. me eché y miré el techo y todo estaba oscuro cuando escuché una voz que brotaba del fondo de la oscuridad... ¿tienes sueño?, dijo la voz... no, respondí... ¿quieres mirar a través de la ventana?. no, respondí. ¿qué sientes, comes, bebes, existes, escribes?... traté de entender la pregunta y no supe que decir... de pronto todo empezó a oscurecer mas hasta desapecer por completo... no recuerdo donde estaba, pero todo seguía muy bien... cerré los ojos y entré al mundo de los sueños... allí navegaban figuras y preguntas y palabras volando como aves en el cielo... quise entender algo pero sentí que no era necesario... había tanto que hacer, que escribir que tuve que abrir los ojos y darme cuenta que estaba sentado frente a una máquina de escribir, y ya con mas de setenta años sobre mis hombros, y a mi lado, siempre una cama, una pared, una puerta y todo el silencio del mundo...