CIUDAD
En una ciudad, donde el mar todo lo envuelve, la brisa es suave y helada, el sol brilla solo a veces, aqui viven muchas personas, todas diferentes una de otras, como lo es la especie, pero aqui llego una vez un hombre, extranjero según él, sus labios dicen que viene de un pais europeo y por las casualidades de la vida llego hasta aquÃÂ. Sus cabellos son rojos como un atardecer de verano, y su rostro con una palidez de muerte, sus ojos los esconde tras unas gafas, sus manos son sucias, y por eso las esconde, su cuerpo huele a tabaco y apesta su aliento, y de su boca salen palabras grotescas, y en su mente maquina los engaños... es un pobre hombre, pero tiene un vocabulario que ha estudiado para impresionar a los ilusos, yo lo veo a diario, y de pronto le observo mucho para saber que esconde, ha llegado a esta ciudad y se quedo para espacir su veneno.
Esta delgado de maldad, pero huele a azufre y sus ojos brillantes delatan el mal, es poderoso porque tiene la habilidad de convencer a las personas de sus fantasias, las grita, y le creen, claro, no cuenta sus fechorÃÂas, que se tiene muchas, en cada pliegue de su rostro, en cada centimetro de su cuerpo, y en su lengua de vibora, una vibora es mas honesta que él, pobre hombre, el siembra la maldad en todo su alrededor, y su corazon sigue latiendo, yo le miro de lejos y pienso cuando dejara de latir su corazón y se callara su boca.
Se instalo en esta ciudad, y creo que desde ese dÃa este lugar se ha vuelto obscuro, sus dias, son grises y tristes, frios, como el viento del demonio, algunos le temen creo, porque estan siempre de su lado, yo lo veo cada dia, y cruzo mis dedos, me sonrio y trato de mirarlo directo a sus malevolos ojos, pero rehuye, es un cobarde, ataca por la espalda.
Una dÃÂa sentado en su despacho, frente al computador, fumaba y estaba muy cerca del calor de la estufa, estaba tan frio como un muerto, su alma se estaba desgarrando, su rostro ya casi amarillo de nicotina, sediento del mal, maquinaba y buscaba a su victima, entre en el recinto, miro asombrado, una mueca se esbozo en su rostro en vez de una sonrisa, yo me acerque lentamente, suave, mirandole fijanmente, y dije hoy sera un hermoso dia, sé que temblaba, decidida, le quite las gafas y hundi mis dedos en esos ojos malignos, hasta el fondo, no pronuncio palabra, solo se reÃÂa a grande carcajadas mientras se retorcia su cuerpo en el sillón, me aleje, le salieron llamaradas, apague la estufa y di el gas, cerre la puerta y me fui,,,,,,ojala se durmiera pronto y dejara de buscar cada dia a un ser para hacerlo infeliz.
Me aleje, anduve lento y de pronto una explosión, ya todo terminaba..... |