Con las manos escondidas en los bolsillos y la mirada gacha caminaba enmedio de hojas marrones que caían presurosas con el correr del viento, incontables árboles ahora calvos silvaban al unisono del compás de su andar, nada en la vida le había sido fácil pero era impresionante la emoción contenida que se desbordaba en su aliento; días antes hubiera jurado tocar el cielo con las manos y sentir el suave beso de la luna acariciando sus mejillas, pero ahora comprendía que había cosas en la vida que no podía cambiar, su Yo interior le recordaba que había nacido asi y así moriría.
Había amado con tal intensidad que se olvidó de amarse a sí mismo, había deseado tanto la felicidad en ella que había dejado aparte la suya, hubiera preferido mil veces antes no haberla conocido y sin embargo, su presencia le provocaba paz, como si la vida se empeñara en golpearlo cuando mas caricias recibía, esta era una de aquellas cosas por la que las personas dicen que la vida te da sorpresas, absurdos y caprichos del destino que mojan muchas noches las almohadas... o quizá algunas otras las sábanas...
Entregó con presura el cuerpo y el alma, confió en ella a pesar de los consejos, a pesar de ser apercibido una y otra vez cerró los ojos y se dejó guiar por una mano pérfida, tan desleal como las rosas, que perfuman el ambiente y lo embellecen creando una atracción hipnotizante y después dan la punzada con finas y lascivas cuchillas; sí, así tal cual fue absorto en la espesor de un sueño que hoy mismo es mas parecido a una pesadilla.
Lo perdió todo, no se quedó si quiera con su vergüenza, le entregó su amor y su dignidad, puso en manos de un tirano su vida y dejó de escuchar para creer; ahora mismo esto es lo que comprende y entonces mete las manos sobre los bolsillos y camina lento con la mirada perdida, escondiendose mas de sí mismo que de la humanidad, avergonzado y derrotado sobre un asfalto rojizo que le recuerdo los cabellos sobre la almohada y una fría niebla que le envuelve muy parecido a aquellas manos, sí, ahora mismo es cuando comprende que se quedó sin nada y no le queda mas que caminar vacío.
|