O, talvez.
No se si la noche te trae mí aroma,
si en el silencio de tus madrugadas,
dejas entre abiertos tus sueños,
y, sí, me encuentro en ellos.
¡Dime vida mía!
¿Cómo me sueñas?
¡Junto al mar,
jugueteando con las Olas,
dejándome acariciar,
dulce y suavemente mi soledad!
O, talvez,
¡A la orilla del río,
entre sauces traviesos, que se unen
sin reparo a jugar con las claras
aguas del destino!.
O, talvez,
¡Entre tus brazos, como tú almohada,
arrancándote con fuerza de las garras de la soledad,
cuidándote, arrullándote, dándote calor,
amándote, en tus sueños y realidades vida mía!.
.*N.N*.
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