Quien recogerá mis huesos cuando los cuervos de la noche se coman mis últimos sueños. Quien recordará mis olvidos cuando los gusanos de la madrugada despierten entre mis versos. Quien sanará los heridos llantos cuando la alborada sangrante encharque todos mis besos. Quien escuchará los vientos cuando la tórrida jornada reseque mis silencios. Quien pintará los ocasos cuando al morir la tarde afloren los colores de mis fracasos. Y quien ocupará los lechos cuando la luna llena ilumine las fosas de los camposantos. Que importa tener donde caerse muerto, si no hay quien recoja los huesos. Joan © Bosch 16/06/11
Texto agregado el 17-06-2011, y leído por 131 visitantes. (5 votos)