lloraba soledad; gran ejecutiva de una empresa.
Se sentía mujer, se sentia viva.
Dotada de una gran belleza e inteligencia, conocida por ella, siempr estaba sola.
Se quedaba, hasta despues de hora en la empresa, haciendo tiempo para no pensar.
Esa noche se dirigio al toilette, al regreso dos docenas de rosas blancas sobre su escritorio.
Las iba a tomar, cuando sintió miedo.
Pensó rápidamente, ¡hay alguien!...
¿Como pusieron flores?
Ya eran como las veinticuatro horas, revisó si le faltaba algo, y, nada, todo estaba como lo habia dejado.
Quiso llamar a la guardia, pero ya estaba más tranquila.
Se sienta, y, escucha ruidos, como si alguien tropezara.
Toma el telefono temblando y ¡si!, llama a la guardia.
Las alarmas comenzaron a sonar, rápidamente la policía cerca el lugar.
Ella, muy nerviosa comienza a caminar en direccion al ruido, cuando se encuentra con una silla de ruedas volcada.
Asustada, ve a la guardia que se aproxima.
En un rincón, un hombre en el suelo.
-¡Juan!, ¿que haces allí?, grita ella.
Tartamudeando, Juan un joven de la edad de ella que trabajaba a sus ordenes le repondió, -¡solo quise que en las rosas vea reflejada su belleza.
Los guardias le ayudaron a sentarse en la silla de ruedas y le dijeron, -¡señor, debe acompañarnos!.
Ella, rapidament dijo, ¡no!, ¡no señores!, él me acompaará a mí.
MARIA1 |