A veces me digo, que quisiera buscar en la profundidad de tus ojos y leer tu más recónditos pensamientos, para así descubrir lo que oculta tu mirada.
Me gustaría descubrir en tus besos, la realidad de tus sentimientos y conocer con ello todos esos minutos desconocidos, para así saberme dentro de tu vida, en tu futuro y en tu pasado. Quisiera saber de tus planes, entender el mensaje de tus abrazos apretados de cada despedida y escuchar de tu boca, lo que sientes al mirarme, pero nunca dices nada. Besas y te vas.
Me quedo con una pregunta y con tantas cosas que deseo decirte, pero todo es rápido, nunca hay tiempo, siempre tu vuelo está primero.
Tengo la impresión que somos aves de paso, nos encontramos casualmente en lo pasillos de los aeropuertos y siempre está presente la despedida sin palabras, tan diferente a las de otras parejas...
Tú te vas en tu máquina voladora y yo, con la cara pegada a los cristales, siento un sabor amargo en la boca. Me quedo con una pregunta abortada, que jamás enuncio ni das respuesta...y me reprocho la debilidad de amarte entre el cielo y la tierra. Por ello la próxima vez no habrá despedidas, he solicitado mi traslado.
- Qué lees ? - me dice Eliana, mi compañera de cuarto.
- Nada, una tontera que estaba escribiendo, respondo
- Déjame ver lo que escribes ? , por favor...
Le paso la esquela y la observo mientras lo hace. Después de mucho pensarlo, me pareció la única forma de decirle, que el Comandante juega como un gato con los ratones, con sus dos azafatas, ella y yo.