No quiero apurar mis palabras para que sean poesía, si puedo sacar de tus ojos una canción; camino, siento la calle bajo mis pies, viéndote en cada casa, con tus manos a través de las ventanas empañadas, nublando mi vista, creo caer, balancearme en el abismo y en estas letras, que desfilan mostrando sus mejores palabras, para que al llegar al silencio, a esa hora de la madrugada, se recuesten en la hoja. Por ahora te veo, en cada crujido de las hojas secas, en cada molécula de tierra depositándose en más tierra... te recuerdo a tí, alma mía, depositándote en mi cuerpo...Y ya siento, a lo lejos la melodía, ¿estaré viendo tus ojos o es el sol?, ¡cómo darle la letra a lo que quiere ser canción!, es que me embobo, parezco ida, creo ser una monja en busca de su habito, algo que me de fortaleza, busco, busco esa inspiración que se le escapó a algún compositor, busco voz para cantarte, busco amistad con la naturaleza, para que me acompañe... y bien, sigo haciendo por mientras lo que estos pies permiten, toco el camino que se extiende generoso bajo mis ilusiones ¡cuanto peso en ese pobre asfalto!, y es que ahí estás tú, ahi está el espejismo, borrado mi realidad... mas allá, siempre sonando en mi pulso... unos pasos en el charco de sol, y tus ojos cerrados, hasta que comience a cantarte mi poesía. |