Un golpe fuerte, seco como un mazazo en medio de la cabeza, se sintió confundido, conmocionado, tardó en darse cuenta del choque que había tenido, no supo contra quien pero era seguro que lo cabecearon como si el fuera la pelota y no un jugador, al mirar para adelante ,mientras se agarraba fuerte con una mano el lugar que más le dolía, vio como picaba-rebotaba la pelota , así sentía su cerebro, picando y rebotando, picando y rebotando, picando.....
El tener un claro panorama de las circunstancias nunca fue su habilidad más destacada, será por eso que no tenía idea de lo que estaba pasando, si bien no estaba mareado, veía las cosas fuera de foco, levantó la mirada y la hinchada detrás del arco gritaba desencajada, bajó un poca la mirada y vio el arco ,estaba sólo, vacío, “pero al menos no le duele nada” dijo sonriéndose.
La pelota, picando y rebotando, mientras el terrible dolor de cuello no le dejaba mirar hacia atrás, adelante el arco sólo y vacío ,picar, rebotar, dolor, soledad....no poder mirar hacia atrás.
Tenía una certeza ,cosa que no le había pasado nunca antes, sabía que se esperaba algo de él, sabía que el arco no se movería y que la pelota no decidiría su propio destino, sabía que su pierna derecha era juez y parte.
Como siempre ha de suceder, cuando una certeza irrumpe habilita en velocidad a varias preguntas, una de ellas:¿que estoy haciendo?,¿ estoy atacando o defendiendo?, se interrogaba y subía y bajaba la cabeza al ritmo de la pelota. Otra pregunta que en realidad era la misma: ¿ tengo que hacer el gol o evitarlo?.
Una de las posibilidades era que siguiera en sus cavilaciones y dolores esperando que alguien le sacara la pelota, esto podría servir si era delantero, pero si su función era defender el arco, podría terminar en un gol en contra, la desechó enseguida porque no quería que otro tome una decisión que era suya sin duda alguna, le tocaba a él empujar al gol esa pelota o bien, tirarla lo más lejos que sus fuerzas le permitan.
Daba por sentado que si convertía contra su propio arco sería un error muy difícil de remontar y que si la tiraba por arriba y no era eso lo que se esperaba por parte de su hinchada , se lo insultaría , los relatores dirían (al unísono ) que era más fácil hacerlo que errarlo y a la semana todo quedaría olvidado.
El olvido , los golpes en la cabeza y la pelota picando y rebotando, todo esto lo abrumaba.
El dolor cada vez más punzante y la decisión más cercana, se paró lo más firme que pudo, seguía sin recordar si estaba en el área suya o en la del rival, no le importó demasiado, pateó de su cabeza las certezas fuerte muy fuerte casi exageradamente fuerte, lo mismo hizo con la pelota que al recibir la patada se alejó de él con una velocidad y decisión que no daba posibilidad de volver atrás.
El balón “infló la red” ,como dijeron todos los relatores al unísono .
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