Noche, tarde ya!, con un suspiro, ella, va hacia la cama.
El dia había terminado, un dia, al despertar continuaria con otro,y, asi, sucesivamente los acontecimientos que no terminaba de acostumbrarse.
Dia agotador, rutina que oprime, y, el desencuentro con el alma cada dia, se produce irremdiablemnte.
Descarga neceesaria, de un andar sin límites, de un escuchar atenta, neutral, solo contemplando la naturaleza humana en palabras orales.
delinear en un papel círculos, paralelas que jamas se unirian, historias diferentes.
Remolinos de ideas cunden en su mente, perpleja de tantas vidas desiguales.
Ya, en su cama, puso la cabeza en su almohada, levantó la vista al techo.
Por un instante, el vacio, la lucha entre ser participante, o, ¡no1, luego el preguntarse a si misma, -¿estoy bien?...
Sus ojos lentamente luchaban por no cerrarse, hasta que quedo profundamente dormida.
A las tres horas, un grito, ¡noooo!, de ella misma, la despierta, salta, se sienta en la cama, con una palma de su mano se toca la frente, y, suspira...
Todo a oscuras, suena el telefono, un paciente, no podia dormir desesprado.
Ella, psiquiatra, le dice, - calma por favor!, dese una ducha tibia hasta qu yo llegue.
en ese momento ambos se necesitaban, él como su paciente, y, ella a él como ser humano en su soledad...
MARIA1 |