Conocerla cuando un amigo me dijo que lo acompañara a felicitar a una gran amiga, que sorpresa, al encontrar a su amiga en una silla de rueda, ella con su mirada tierna y una sonrisa celestial me llamo la curiosidad y comenzamos una agradable charla como si fuéramos amigos de vieja data, hablamos de todo y conocí su problema que para ella no lo es. Aunque la malformación en la columna de Yuliana María Ambrosi Escudero le impide caminar y controlar esfínter, no ha sido impedimento para salir adelante, valerse por sí misma y ser un ejemplo de superación.
A sus 29 años continúa sonriéndole a la vida por las oportunidades que cada día pone en sus manos. Cumplió tres años laborando como secretaria, es técnica en sistemas y continúa en su proceso de formación académica para cualificar su perfil profesional.
Su discapacidad es de nacimiento. Así que su mamá desde muy pequeña la enseñó que tenía que hacer las cosas por mi misma, como bañarse, vestirse, arreglarse, en general todo. Arregla su cama, trapea, hace aseo, todo, manifiesta Yuliana María, el protagonista de esto es un ‘Milagro de Vida’.
Durante algunos años se desplazaba valiéndose de un par de muletas, pero el destino le jugó una mala pasada.
Hace siete años se cayó y se fracturó la tibia y el peroné de la pierna izquierda, la enyesaron, duró cuatro meses con yeso, intento levantarse pero se le abrió la fractura, la volvieron a enyesar otros tres meses pero cuando se fue a levantar ya no pude, me dijo Yuliana María.
Sus piernas ya no pueden sostenerla, por eso para evitar una lesión mayor decidió quedarse en una silla de ruedas que se convirtió en su mejor compañera.
Estuvo en terapias, pero ya cree que no es mucho lo que haya por hacer, ahora debo controlar el peso. En su silla de ruedas continua con cada uno de los sueños que una vez se trazó. En la Institución Educativa Isabel la Católica de la ciudad de Cartagena donde cursó hasta el grado noveno. Validó los dos últimos años, es decir décimo y once en la Institución Educativa Soledad Román de Núñez donde terminó su bachillerato en el 2001.
Al terminar su secundaria, las ganas de salir adelante y ser profesional estuvieron siempre en su corazón, es por eso que decidió estudiar técnica en sistemas y reforzar su inglés.

Aunque había laborado en su casa, ubicada en el Barrio las Gaviotas realizando trabajos de sistemas, una luz iluminó sus días.
Llegó a Ortopédicos en donde compró la silla, esta empresa que le ha permitido crecer a nivel profesional, cumplió tres años laborando como secretaria con un sinnúmero de responsabilidades.
Es la primera experiencia laboral que tiene con un salario y todo lo de ley y se encuentra feliz. Es un trabajo genial y una terapia porque como persona con discapacidad quedarse en la casa es lo peor que se puede hacer, hay que salir, experimentar y conocer. Tiene limitaciones pero es una persona común, corriente y con sentimientos.
Atender pacientes, facturar, vender y exhibir las prótesis y demás ayudas técnicas, son parte de sus funciones. No tiene estudios en secretariado ni experiencia, pero ha ido aprendiendo con el paso de los días. Desde las 7:30 a.m. sale de su casa y toma un taxi, único medio en el que puede transportarse. Su jefe le colabora y la deja se quede al medio día en la empresa, para ahorrarse los dos trasportes. A las 2:00 p.m. abre de nuevo al público hasta las 6:00 p.m., cuando sale para su casa, Yuliana María es una mujer independiente que solventa sus gastos como cualquier persona. Lo mejor es que se puede valer por mí misma, no depende de su familia para que le den las cosas que necesita. Su madre y familia están feliz de que pueda salir adelante, según Yuliana María era un peso grande para ella, necesito pañales y en eso se gastaban mucha plata, es un gasto grande, pero ahora puedo pagar todas sus cosas, dice con orgullo nuestra protagonista.
Es amante de la literatura, la salsa y el rock en español, espera en el 2011 seguir formándose. Actualmente está en un curso de contabilidad de forma virtual, porque presencial es muy difícil, los institutos son en segundos o tercer piso y no hay accesibilidad para personas como ella, solo quiero estudiar contabilidad sistematizada e inglés porque son necesarias. Según ella cada día hay que aprender más, no es que la tengan en la empresa por lastima sino porque se ha ganado el lugar y porque puede hacer las cosas, por eso cada día quiere crecer.
Esta mujer luchadora invita a las personas a salir adelante y a no quejarse por su suerte. Hay que creer en uno mismo, no quejarse y no quedarse en que no tengo o no puedo. Al contrario, sí tengo y sí puedo, así que para adelante, para atrás ni para coger impulso, confíen muchísimo en Dios, puntualizó.
Entre facturas, libros de contabilidad y el servicio al cliente, esta mujer de 29 desafía al destino y le demuestra que la limitación no es obstáculo para salir adelante y construir un sólido proyecto de vida.