Como escribirte vida mía,
sin rememorar los muchos que mamaron de tus tetas,
los que juegan a tu alrededor como niños de una escuela del tiempo,
los que se arrastran heridos y sangrantes al haber sido alcanzados por el dolor
en tu batalla larga,
los que fueron enterrados y te acompañan desde otro cielo inmenso que nos aguarda.
Como cantarte vida mía,
sin robarle notas al molino de la chacra que gemía noche y día avasallado por el viento,
sin juntar los restos de las bordonas quebradas y desafinadas de los cantores de mi pueblo,
sin levantar del barro la risa y el llanto fugados de la borrachera o el miedo.
Como alabarte vida mía
Sin traerte el ritual profundo de mis antiguos,
el humo y la palabra, el canto gutural de la existencia,
el aroma humilde que escapa de la olla manchada en la cocina de leña,
el puente negro, cruzando un río de arenas de un desierto solitario y abandonado por los trenes.
Como amarte vida mía,
Sin traerte los ojos que se grabaron para siempre en mi pecho y en mi alma,
el olor a sexo y vino tinto de un prostíbulo en penumbras, allá lejos,
el sabor de la hierba verde de mi tierra en las horas de libertad mas hondas,
la canción que cante por años y aún me sigue a la distancia.
Así vida mía, así vacío mis bolsillos para agradecerte todo,
así me recuesto en tu falda inmensa,
donde no caben dudas y se desvanecen tus misterios,
donde no pueden anidarme las miserias,
así, desnudo de mi mismo, me entrego a ti vida mía-