Esta semana fue una de las más resurgentes.
Donde todo se confluyo, mi vida, la de los demás, de mi pobre familia. Pero no me lamento de su pobreza dineraria, sino porque son cuerpos que en ocasiones no saben a donde ir, ni recurrir.
Si buscan cobijo demuestran impotencia y si intentan encontrarlo se alejan de poemas naturales.

MI vida como la de cualquiera no deja de sorprenderme, me roban y me he quejado, me han gritado por una irresponsabilidad y he contestado, he intentado convencer a un ser que yo adoro hasta la enternidad de reinvidicar el error y me dió la espalda.

Sinceramente mi camino lo pongo yo y el poema con el sentido abstracto tambièn yo, como siempre añado la misma sazón a mis días; alzando a Rosa, la gata caliente, a dormir con las mariposas y a giovanna orozco a negociar con el derecho.

Tengo una familia pobre llena de percances y oportunidades. Una madre desquiciada de talentos y responsabilidades, un padre acuñado de intereses superiores y verguenza inferiores, una hermanita a quièn intento cultivar la fortuna de vivir y un país que reune lo que mueve mi presente, mi futuro.

Esta semana como la de cualquiera he ido a madurar entre las hojas, el silencio y mi soledad madura. Pero felizmente por motivos externos e internos que me dirigieron al presente, he ido quedándome a recordar de que un libro abierto ofrece una mente capaz de arder.

Era una reflexión , que mira tras las hojas, igual que nieves el arcoiris de Cajamarca, Lorena, acariciada de amor, Katy rodeada de inteligencia, un pollito que lucha dentro de sus aventuras de vivir y las plantas verdes, los animales del día y la noche, el silencio detrás o con la bulla...