Sentia sus manos alrededor de su cuello, como una dulc tibieza otoñal.
Sentia su energia de amor...
Sus labios en besos suaves recorrian su rostro, agotado de vida errada por destinos, quien sabe porque...
El, inmovil a su lado, lentamente le daba fuerzas.
Ella, sentada en un sillon, cerca del vntanal observaba con mirada neutral, la naturaleza, los diferentes verdes que daban destellos de quietud, de perfeccion.
Aves, que contagiaban su libertad, en vuelos acrobaticos de ramas en ramas, como invitando a seguirlos.
Dejo escapar lagrimas al cerrar por un instante sus parpados, pero sentia los besos de amor, las caricias, su cuerpo era recorrido por suspiros de paz masculinos.
Sentia ternura en su piel, su proteccion en cuerpo fragil femenino.
Por un instante, el silencio, la quietud...
-¡Mamá!, ¡mamá!, el niño, el niño que la despierta de su sueño azul.
¿Que?, ¿quién me llama?, ¡ah!, ¡ya voy mi amor!
-¡es ese seor mamita!, ese seor que te envio flores!, ¡te busca mamá!...
MARIA1
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