AMBIGUEDADES ®


"Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia..."

Ambiguas sensaciones bañaban su alma. Era feliz aunque una suave melancolía cubría su ser, cual velo traslucido, resultando complejo entrever por el. Tal vez la inercia era responsable de ese sentir, pero era cierto que intangibles temores seducían su pensar. Evitaba dejarlos anidar para no sufrir inútilmente. Es que a veces la mente presiente algo que no tiene forma aun, perfilándose en la oscuridad, o la imaginación nos juega otra mala pasada.

La noche cubría con su velo la ciudad. Esa tarde Ileana, luego de hablar asiduamente con Franco, quedó que lo llamaría al terminar la cena. Lo había notado distante, como si algo lo preocupara o enojara. No podía entender que le pasaba, intentando en vano interpretar las inflexiones de su voz. Sin embargo no lo abrumó con preguntas esperando pacientemente conversarlo mas tranquila. Pero al intentarlo se encontró con el gélido mensaje: “usted se ha comunicado con la casilla…”: Franco había apagado el teléfono.

Miles de pensamientos fluyeron por su mente. Estaba inquieta y temerosa frente a ese silencio inesperado. Se negaba a creer, marcando repetidamente su celular obteniendo una y otra vez la misma respuesta grabada: “usted se ha comunicado con la casilla…”
No podía con su genio. Se repetía una y otra vez que podía haber pasado. Tal vez que llegara hasta su puerta alguna de sus ex dispuesta a reconquistarlo. Como explicaría esa situación sin que resultara incomodo y creíble. Además sabía que tenía onda con la última…Daiana. Y si ella lograba reconquistarlo? Tenía pánico de perderle. Ay!!!… Se sintió tensa, elucubrando las mas inverosímiles historias. Con su ceño contraído, los ojos inundados de lágrimas que resbalaban por su rostro niño y los pensamientos disparándose sin sentido. Frente a ese llamado trunco se había permitido tejer un millón ideas desordenadas entrando, como consecuencia, en un estado agudo de pánico. No podía dormir, ni prestaba atención al entorno. Solo podía musitar las palabras: “-pero si no me dijo nada…”

Su desesperación le impedía pensar con claridad, nublaba su mente y llorando desconsolada opacando sus ojos que estaban teñidos de gris pena. Por extraño que parezca algo la trajo a la realidad. Misteriosamente un haz de luz atravesó sus pensamientos aclarando la razón. Comprendió en una décima de segundo que Franco no era de propiedad puesto que, como ser humano, disponía naturalmente de libre albedrío aunque sus elecciones no siempre fuese de su gusto.
Ileana siempre había predicado que deseaba que la persona que estuviese a su lado pudiera elegirla a diario, por encima de cualquier otra. Eso significaba libertad y confianza de su parte. Era hora de dejar atrás viejas conductas aprendidas, de dejándolo volar sabiendo que si regresaba a su regazo seria señal de que en verdad la amaba.
Y así, desechó los malos pensamientos en el olvido y se dedicó a disfrutar esa noche de profunda compañía consigo misma. Tomó mate, arregló los estantes de su placard y disfrutó de un largo y relajante baño de espuma. Durmió deleitándose en dulces sueños.

La luz del alba la despertó con suavidad. Sin incorporarse siquiera sonrió decidiendo marcar el número de su amado.
Una voz divertida le dijo: -Jaja, no pudiste esperar a las ocho no? No te avisó la companía que prendí el teléfono a las dos?
-No,- dijo Ileana con igual tono, -no me aviso nada!!!
-Apenas lo encendí me llegaron todos tus mensajes. Sabes?, tenía tanto sueño que no pude esperarte…
Entre risas alegres ambos entendieron que amar es simplemente entregarse aceptando al otro como es…


Pertenece al libro "PASADO IRRESUELTO".®


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