Postrándome ante un halagado suspiro,
Recojo las frustraciones y las empaco como que si me fuera de viajes,
Por algún país aún no inventado pero existente,
Tomo un vaso con agua y respiro,
Frunzo el ceño y me voy cantando,
Y vuelvo, una y otra vez,
Esa necesidad insaciable de buscarte,
De escucharte,
De verte de tenerte y absolverte,
Pero no acabo de entenderte,
Porque las nubes del pasado me persiguen,
Como si quisieran asfixiarme,
Me oprimen el pecho y solo quiero liberarme,
Solo quiero un cambio ni forzado ni ofrecido,
Solo una cambio lento,
Con su tiempo,
No me empujes al abismo,
La indiferencia ha tocado mi piel desnuda,
Y ha sentido como el frio me quema,
Y como las palabras arrullan al oído,
Gracias a ti se lo que es sentirse enamorada,
Lo que volar sin tener más que dos piernas,
Lo que es reír sin sentido,
y querer ser perfecta en un mundo de imperfectos. |