LEO (Un escritor)
Leo tenia algunas ideas para escribir, pero ¿por donde empezaba? Entendía que, como buen escritor no debía involucrarse demasiado, a nadie le debería interesar como era su vida o experiencias, por lo pronto su pensamiento era, no quedar atado ni al pasado ni a las cosas que escribía. Pensaba y estaba convencido que cada persona vive una realidad diferente, y la mejor forma de conectarse con otras realidades y por medio de la escritura, la hallaría, escribiendo sobre algún tema que todos los seres humanos tenemos en común, “la vida” “el amor” “la salud” “la miseria” “la muerte” Pensaba en la muerte, ¿como seria? Dejar de existir como humano, ¿abriría otras puertas? ¿Seguiría existiendo en otro mundo diferente o igual a este? Pero claro siempre hay un pero, ¿Quién lo leería? si a nadie le agrada pensar en la muerte, la mayoría de las personas viven como si nunca fueran a dejar de existir sufren cuando pierden o no consiguen tener algo, guardan cosas que nunca usaran, pero no quieren pensar que algún día tendrán que dejar todo, y así sus vidas son un drama constante, trabajos complicados, ¿donde vamos?,¿y ahora que hacemos?, no estar satisfecho con nada, el miedo a perder a la persona “amada” como si fuera una pertenencia. Cuantas ideas para escribir y llenar páginas; por un momento se sintió agotado, con solo pensar en el tiempo que consumiría escribir algo que pudiera entender la mayoría de la gente, ¿la mayoría? claro sabia muy bien que no se puede llegar a todas las personas. Miró la hora, ya tenia que partir, un viaje en barco que había esperado con ansias, además necesitaba el trabajo, como escritor todavía no había podido publicar nada, el viaje era largo tendría tiempo de escribir sobre esos temas que estaba pensando, y como parte del servicio de a bordo podría contactarse con gente importante, conocer algún editor que se interese por sus escritos. De cualquier manera planeaba quedarse en New York , tenia todos sus papeles en regla, sabia que tendría mas oportunidades en América. En los últimos días había saludado a todos sus amigos y parientes, pidiéndoles que no lo fueran a despedir al puerto, no podría estar en la cubierta del barco saludando como un pasajero mas, su viaje era de trabajo. Llegó a tiempo para embarcar y miro el imponente navío por unos momentos, un nombre apropiado para tu tamaño (dijo en voz alta), ¡¡Titanic!! |