El miedo es absoluto, neto, sobre todo entre tanta maleza, todo parece carecer en cenizas al tacto frágil casi, casi tembloroso y sombrío. ¿A dónde se nos fue la vida?
Podre articular entre ilusiones y tangentes que puedo manipular, mas no podre recobrar esas noches en plena luz reflejada en luna, sentados en azoteas y observando los gigantes arroparnos con sus broches.
Miedo, si, pero es más tétrico vivir con esa pálida cara de muerte, y ese flujo vital envenenarse día tras día a pasos agigantados mas y mas.
Lo sé, es algo repudiable esto, lo que nos están haciendo, directa y indirectamente con la sabana de sus muertes, agobian nuestras almas, sofocando el oxigeno vital de nuestra luz mercurial.
Ese brillo emanante de tu mirada, tierra mía y de mi luz en calma, te me desmoronas entre la almohada.
Te me escabulles de entre mis pensamientos, ya no puedo refugiarme en esos recuerdos con esas imágenes que dentro de mí conjugo de entre los vivos y los muertos poco a poco dejan de sanar mis penas.
¿Desde cuándo y dónde dejamos de disfrutar el meneo interminable de nuestros cuerpos en insaciable movimiento?
¿Desde cuándo dejamos de poder sentir cada poro como único y eterno?
¿Desde cuándo dejo de ser mi tierra el rector legítimo de mis más grandes logros, de mis más grandes delirios?
Yo te amo, tierra y no solo por haber nacido en el pesebre de tu tacto, pero por que dentro de ti descubrí que no solo ser es estar y vivir.
Es un entable de intangibles responsabilidades que van mas alla de un ser, estar y vivir.
Es un sentir, que destella de nuestros adentros, como rayos destellando y proyectados hacia el Olimpo.
Sé que tus extremos despiadados son, pero nunca tendrás suficientes ganas de acabar con nuestra alma, luz… eso déjalo a nosotros…
Por la única razón que te he escrito hoy, no es por reiterarte mi herido recuerdo, si no para registrar este momento…
Nunca te dejare de pensar, como al igual nunca dejare de estar a tu lado… este luto no es absoluto… ni eterno… es la desfragmentación de esquemas y quimeras…
reiterándonos como una era de humanos en plena pena… conjugar tu nombre no es conjugar el presente como una razón por el cual no quererte…
Que eres más que esto… eres mi viejo, nuevo, presente… una continuidad de hermandad que dentro de mí su fuego nunca carece…
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