Hacemos el amor y mientras vamos haciendo vamos olvidando.
Hasta que llega un final donde los minutos valen oro, ya no quedando otra que sacar billetes o mandarse a mudar.
Pero yo tengo dinero suficiente como para hacerla mi esposa.
Al año de casados tuvimos un hijo varón, y luego uno detrás de otro, cinco hijos más.
Ahora nuestros hijos están muy maduros y con Ella, mi esposa, estamos más unidos que nunca.
Por ejemplo si Ella tiene que darme de comer en la boca pues estoy convaleciente lo hace de buena gana.
Ella nunca cerrará los ojos para siempre antes que yo.
Texto agregado el 28-05-2011, y leído por 97
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Lectores Opinan
29-05-2011
Una sencilla pero sentida descripción.Pocas palabras muchos sentimientos.Me gustó. el_otro
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