Y no se quejen pues tengo mucha razón, cuando describo el panorama funesto que les espera, ahora seguro van a comer mierda antes de decidirse a delinquir, más el postre será precisamente acometer un delito.
Finalmente los hermanos Delvequio decidieron salir robar.
Los Delvequio siempre fueron gente buena, honesta, pero luego de la muerte del padre, los hijos cayeron en desgracia, ahora son tres hermanos de tan solo un año de diferencia que no les queda otra opción que delinquir. Encima la madre está postrada y por el momento solo ocasiona gastos, lo que incrementa las posibilidades que la moral quede inhibida por los malos pensamientos.
Pero ocurrió un milagro, luego de un primer intento fallido, el mayor de los hermanos hiso reflexionar, acerca de las acciones espantosas que están haciendo a terceros.
Entonces juraron no volver a robar, antes morir de hambre y vender todo y mandarse a mudar a un lugar menos pretencioso.
En cuanto a la madre hicieron otro juramento, llevarla en la bolsa del canguro y que coma las sobras que haya, que ellos se encargarán de transformarlas en sabrosos manjares.