Asesinato en primer grado

Primero fueron sus susurros que irrumpían en mi pesaroso duerme-vela.

Creí que aún soñaba pero, al abrir mis ojos, vi cómo él se posaba detrás de ella… y jugueteban, retozaban con un desparpajo único de ellos… ella se dejaba… ¡copulaban allí –insolentes-, ante mis ojos, ¡justo sobre mi lecho!

No sabía si reír, total… en estos tiempos todo parece ser permisible.

Esperé a ver si notaban – al menos- mi respiración, ya alterada por el burdo espectáculo.

Nada. Yo no era nadie. Mi presencia era un accesorio más en aquella habitación.

Ya no pude más. Lentamente, casi sin respirar, arremetí contra aquel par de descarados. No pudieron hacer nada ante lo sorpresivo de mi ataque. No se oyó más que el golpe seco que acabó con sus miserables vidas.

Aún veo su sangre en mis manos... y me causa un placer que supongo parecido al que sentían ellos mientras hacían… ¿el amor?

Nadie me señale, nadie me culpe. No hay razón para tanta caradura, para tanto libertinaje.

Quien ríe al último, ¡ríe mejor!...
...¡han muerto!

Y, lo que es más, nadie notará su ausencia...




:D