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Inicio / Cuenteros Locales / silversoncco / EL INFRECUENTE COMPORTAMIENTO DE ROBERTO

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Cuidado, cuidado, siempre os escucho pronunciar esas palabras; tengo ganas de deciros: no utilicéis ese lenguaje para los otros; dirigirlo a vosotros mismos, os lo ruego.
Poned todo vuestro cuidado en nuestra propia vía sin imitar a los demás, y vuestro karma os es propio; no tratéis de imitar a Buda ni a Cristo; conformaos a su enseñanza, comprended su esencia, su profundidad y su alcance, y cread vuestra propia vía verdadera, en función de vuestra vida.
Recordaba las palabras del maestro Taisen Deshimatu porque no me sentía fino, además, mi mente hallábase confusa y hastiada de tanto estudiar y escribir sobre la misma temática. Necesitaba descansar. Haciendo caso a mis impulsos interiores, decidí olvidarme de mi habitual trabajo, y penetré en otros campos, para que la parte de mi cerebro más usada, entrase en sosiego.
Desempolvé algunos libros de economía, sociología y volví a leerlos tal como lo hice, en la época de estudiante. Lo mío no era la política, pero decidí volver a mis orígenes aprovechando el desastroso gobierno de Alan García, frente a la crisis de los países ricos que también afectó a los pobres. En poco tiempo, prescindí del caduco sistema neoliberal, ya que solo tenía como punto de partida económico la competencia capitalista, y en lo absurdo de pretender que, el estado solo sea un simple promotor de la libre competencia.
Era otra persona, contenta de volver a los inicios, y triste, por descubrir el doble discurso de los políticos. Cierto día, sin pensar, fui al barrio de Breña y en segundos visualicé la casa de mi amigo Roberto. Razoné que otra persona podría estar ocupándola, por el tiempo transcurridos, o estaría abandonada, deducción que hice al ver la fachada llena de rajaduras y con el color original empalidecido. Sin embargo, porfiando al tiempo, y a mis propias observaciones, toqué el timbre. No sé si fue acto mecánico y como nadie salía, quise dar por cierto mi reflexión. Y, justo, cuando le iba a dar la espalda al frontis, de súbito percibí el chirrido de los bornes de la gigantesca puerta, y casi al mismo tiempo, una voz que espantaba a los malos espíritus.
—¡Ha pasado un huevo de años, hermano! —parecía resistirse a reconocerme, y cuando creyó estar en lo cierto, que yo no era ninguna pesadilla, ni menos un ser fantasmal, siguió hablando—: está igualito hermano, se ve que no ha trabajado ni miche.
Reímos, y preservando la risa ambos, me invitó a pasar. La vieja casona se encontraba igual, pero encerraba algo críptico para el visitante. Llegamos hasta la biblioteca, él abrió la puerta y entramos. No me acordaba que ese cuarto, había sido dedicado para albergar a miles de libros, sacudió una vieja silla y me invitó a sentarme. La habitación conservaba el olor a tabaco impregnado en sus paredes y la poca ventilación, dificultaba la respiración. Roberto encendió un cigarrillo, luego mis ojos vieron correr el humo que desprendía, en medio de la música maravillosa del gran masón. Permanecimos callados un buen rato, hasta que decidí hablar:
—El tiempo vuela, son años sin vernos, brother?
Con voz ronca, producto de tanto fumar, Roberto dijo:
—La vida es así, cada uno marcha a su faena. Es inevitable.
—Estuve vagabundeando por diferentes países, y al regresar a la patria, encontré un gobierno depredador de los bienes públicos, los pocos que quedaban, porque Fujimori con su asesor Montesino, vendieron las empresas estratégicas a precio regalado y el dinero productos de esas ventas, lo malversaron, cuando estuvieron gobernando.
Él, rió y nerviosamente, dijo:
—¡Hablando de política! Estoy sorprendido, pero tú tienes razón. Siempre supe que te inclinabas por los fenómenos paranormales.
—Y sigue siendo mi pasión, lo que sucede es que estoy agobiado y decidí tomarme un buen descanso.
—Es bueno cambiar de aires. Últimamente, no sé qué me pasa, estoy muy raro, a veces entro en un deliquio incomprensible, menos mal que recupero mis sentidos enseguida.
De súbito la biblioteca comenzó a iluminarse, el rostro de Roberto empalideció y sus movimientos fueron desarticulados, como sí se tratase de un ataque epiléptico. Quise ir a socorrerle, me fue imposible, dado a que entré en un estado de inmovilidad, mas no dejaba de observar cómo se retorcía, y botaba espuma. La luz misteriosa se fue desvaneciendo, y con ella el contratiempo, pronto recobré las fuerzas. Cosa curiosa, Roberto también reaccionó.
Después de varios minutos, él habló;
—El cuarto se ilumina, entro en trance y me veo preso en Lurigancho, viviendo el pasado. No comprendo lo que sucede a mí alrededor. Pues miro a los presos acusados de terrorismo amotinados y pidiendo en un solo pliego veintiséis demandas, todas inclinadas a la mejora de la calidad de vida. En el penal, siempre busco a mi primo Enrique, mas es imposible ubicarle, porque cuando lo intento, todos corren sin dejar de gritar sus demandas que consideran justas. Mis vivencias se asemejan a un sueño, y cuando estoy por despertar, escuchó terroríficos explosivos y observo volar las paredes del pabellón industrial. Así mismo, a los acusados de terrorismo, a pesar de rendirse, son sacados uno a uno, obligándoles a arrodillarse, para quitarles la vida mediante un tiro en la cabeza. El no poder hacer nada, es terrible, se sufre, y en contados segundos, vez pasar los años y envejeces. Da vergüenza aceptar como la barbarie en ese penal, se manifestó en su real forma. Fueron más de cien muertes a sangre fría. Los responsables se ríen, y uno de ellos tiene la desvergüenza de seguir gobernando. Debido a que, el pueblo le dio su voto, como insultando al mismísimo carajo. Pero la realidad es otra, el explotador asesino, ha convertido a nuestros hermanos en tontos de circo, con el propósito de seguir chupándoles hasta la última gota de sangre mientras vivan. Y lanzan el refrito: si das tu voto a la izquierda, te quitaran tu casa, se ahuyentará la inversión privada, perderás tu trabajo. No son mentirijillas, son falacias construidas para hacer daño y seguir explotando al pobre que no tuvo educación.
Dejó de hablar, buscó un refresco, aproveché la oportunidad y dije:
—Antiguamente, anunciaban: te quitarán a tus hijos. Se ve claro que cambian la estrategia de tanto en tanto. Además, el grupúsculo de asesinos invaden los medios de comunicación, presentan varios candidatos, que son los mismos sinvergüenzas, y no dan opción al postulante de izquierda a nada. Todo lo contrario, le atacan desprestigiándole con mentiras que a la larga se convierten en creíbles, de ahí miente, miente que algo queda. Compran encuestas y ponen al candidato de izquierda en el último lugar. Y eso se sabe, a veces pienso que, los pobres son portadores de un placer sádico. No encuentro otro motivo significativo para dar el voto al corrupto, al asesino de tantas familias.
—Disculpa, ya te conté mi desasosiego, estoy preocupado ya que pierdo el conocimiento y vuelvo a vivir los hechos acaecidos en Lurigancho. Esto me pasa constantemente, y yo nunca estuve allí, donde reinaba la muerte.
No había pensamientos razonables, quise volver a cambiar la conversación, pero de improviso emergieron unos pensamientos, y hablé:
—¿Tal vez serán los espíritus de los muertos en el penal, que están dando vueltas y vueltas buscando que, se juzgue a los verdaderos responsables de las matanzas, y te encargan la trascendental misión?
—Eres gracioso, más te digo que, los asesinos tarde o temprano tendrán que pagar, sus crímenes no pueden quedar inultos. La sentencia a Alberto Fujimori de 25 años de pena privativa todavía es corta a mi parecer, porque los homicidios fueron calificados de lesa humanidad, pues se asesinaron a 25 seres humanos en Barrios Altos, y La Cantuta, durante su gobierno.
—Por eso dije que, los espíritus desencarnados, dan vueltas y vueltas buscado justicia. Pero no está demás visitar al psicoanalista, no se pierde nada.
—Por supuesto.
Le di una tarjeta de un colega, ambos reímos, luego charlamos hasta por los codos y antes que la oscuridad tome su reinado, retorné a mi hogar con el alma aún más enmarañada.
Julio Santa Ana Eyzaguirre
Terrassa 27 de mayo del 2011
Barcelona España



Texto agregado el 27-05-2011, y leído por 115 visitantes. (1 voto)


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