Arrecia la lluvia, el viento a ratos ruge amenazante. El calorcito de mí brasero entibia mís piernas, el frío del alma aumenta.
Llaman a mí puerta, la empujan con fuerza ¿quièn será, alguna vecina con niños enfermos? . Supe que regresaste y preguntaste por mí y si mi ensueño te ha esperado es lógico que vengas dando olvido a lo que dejaste lejos. Felicidad y penas efímeras.Huellas de otros amores que trataré de olvidar, de ignorar o enterrar en el olvido.


Llaman a mí puerta, empujan con fuerza otra vez. Interrumpen mis sueños. En la oscuridad temblando, silenciosamente arrastro mis pies. Tu rostro en mí retina y la figura varonil de la última vez alejandote endiosado, a un sueño en el viejo mundo.
Arrecian los golpes en mi puerta. Eres tu que has vuelto, me amas y vuelves arrepentido para empezar de nuevo y valiente sin encender la luz, abro. Una racha de viento azota mi rostro, mis manos heladas y vacías.Dos lágrimas tibias me acarician.