El, el viudo, con tres hijos, trataba de recuperarse de la perdida de su esposa.
Veinte años de compartir, decide salir a caminar hasta un bar para ver un poco de gente.
Cuando llega, observa desde afuera el rostro triste de una mujer sentada en una mesa, sola, fumaba nerviosa, preocupada.
Entro, busco una mesa, cercana y se sento en una silla sin perder de vista a ella.
Vio que marcaba un numero en un telefono movil.
No escuchaba lo que hablaba, solo vio que lagrimas le corrian por el rostro, lagrimas interminables, de desesperacion.
Sentia necesidad de protegerla, pero no se animaba a acercarse.
Ella pidio otro cafe, y encendio otro cigarrillo, mientras que con un pañuelo se secaba las lagrimas.
El, no dejaba de mirarla, y pensaba que podria ser su esposa, que era una mujer.
Se olvido de su recuerdo, tomo fuerzas y se acerco a ella.
Le dijo, -permiso señorita, ¿puedo hablar con usted?.
Ella lo observo por unos instantes, y luego asintio con la cabeza, sonandose la nariz.
El, tomo asiento y le dijo, -no puedo verla sufrir!, ¿que puedo hacer por usted?
Ella guardo silencio por unos instantes como pensando.
Luego dijo, -¡soy muy feliz!.
El hombre no comprendia, la miraba extrañado.
-Bueno, si es feliz me retiro, le dijo a ella.
La que sonrio y respondio, -¿si yo fuera infeliz usted estaria conmigo?
¡No!, no es eso, yo crei que...
Ella lo entendio, y le dijo, -desde este momento soy muy rica, pero necesito que usted se quede conmigo.
-¿Yo?, dijo el.
-Si!, usted y ella tomo su mano y le dijo, -gracias!

MARIA1