Noche estrellada, que acompaa a una fiesta, muchos invitados, bullicio, grupos afines dialogando.
Una gran mansion, con un gran parque, escenario material de reunion de artistas e intelectuales.
Ella, habia llegado recien, dio unas vueltas, acepto una copa de vino blanco, y salio al jardin donde se sentia el perfume de las flores.
Por caminos de piedras lo recorrio todo.
Por un instante, sintio temor, camino rapidamente hacia la puerta, y, una mano masculina le salio entre los arbustos, la tomo del brazo.
-¡Hay!, un hay no muy convencida...
-¡Hola!, ¿quien es usted?
-¿Yo?, soy el dueño de casa, la observe desde que llego.
Ella se puso nerviosa, miraba insistentemente para todos lados, temia por su esposa.
-Vi sus pinturas, son muy bonitas, le dijo el.
-¿Asi?, gracias, ya comenzo a temblar ella, ya tartamudeaba.
-Debo irme, gracias, y salio caminando rapidamente hacia la fiesta, y escucha a lo lejos, -¡papa!, ¡papa!, se da vuelta y ve a una jovencita hablando con el dueño de casa.
penso, ¿nos han visto?, debo salir de esta casa!.
Se dirigio a recoger su abrigo y su cartera, siente una mano pesada en su hombro y escucha, -no!, ¡no te vayas!, rapidamente la joven corre al lado de su padre.
-Debo irme, es tarde ya!
-Te llevo, le dijo el, mientras la joven sonreia.
-¡No!, no gracias, y ya no daba mas de los nervios.
El hombre que no podia entender su preocupacion le dice, -¡es mi hija, y, yo soy viudo!
Una sonrisa de tranquilidad se dibujo en el rostro de ella, y, le dijo,-lo siento, lo siento, ¡pero yo soy casada!
MARIA1
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