El dulce sabor de un mate amargo,
aviones que sobrevuelan
un mundo completamente diferente.
No es un ritmo, es un pulso.
Late dentro mío y aflora
y yo que le tenía miedo.
Una vez empezado,
es muy fácil seguir
en el día sin tiempo.
Texto agregado el 25-05-2011, y leído por 74
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
02-04-2012
Me gusta como insinúas sin decir. Como vuelves al lector cómplice de tu sentir. Felicitaciones. ZEPOL
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