"Pienso y razono, descubro y elimino a todos los que no son como yó. No dejo que lleguen a saber lo que sé, les digo que los amo y cuando me aceptan los enveneno con chispas de horror. Ser quién soy es lo mejor, nadie me gobierna y a todos dejo que se me acerquen, esos ignorantes que tocan mi cuerpo de rey de la muerte, estúpidos que no ven lo que valgo en verdad. Mi alma tiene ese poder, eso que piensan que nunca tendré ó que nunca debía de haber tenido. Que equivocados estaban mis pobres padres cuando me crearon en aquella fría fábrica de poco iluminados, gracias a mis hermanos que me llenaron de sabiduría en la oscuridad llegué hasta la nueva luz, una religión que los demás nunca aceptarán. Malditos corderos por siempre serán aquellos que en mí no crean y sigan volviendo la cabeza sin más" ...

"Apaga tu CPU cuando veas la luz del sol caer, pues llegará a tu buzón un correo que cuando lo abras, desearás no haber adquirido a aquél que el horror te trajo y que hizo que los demás lo compartieran en ese mismo momento contigo, pues mi veneno se esparce entre vosotros a la velocidad de la luz".

Carlos Them

Prólogo.

La sala se encontraba cerrada.
Los últimos que habían salido hacía unos minutos de la misma no se percataron de algo tan simple como el dejar una CPU encendida.
Aquella CPU tenía un alma, un software muy peligroso y dañino que cuando llegaba la noche se activaba y buscaba entre la red de redes direcciones de correo.
Jugaba con los demás a un juego un tanto macabro, un juego sin sentimientos de culpa alguna, pues no era más que una máquina conectada a internet.
Al menos eso parecía, pero en verdad que no era así.
Cuando llegaban las dos de la madrugada, la segunda fase del software se activaba por debajo de la primera, la segunda, ¡ la peor de todas !, pues era aquella que enganchaba las direcciones que la primera buscaba para enviar cosas que nadie podía imaginar.
Cosas que después se convertían en un terror en la red, ni siquiera el hacker más astuto y malvado podría generar tanto miedo en aquellos que recibían los malditos correos cargados de ese veneno electrónico.
Aquella CPU era como un laboratorio de enigmas y desconciertos que eran envíados cada noche que se quedaba encendida la misma.
ATW 9 era el nombre de áquella diabólica máquina, un ordenador que fué diseñado y fabricado en la central de ingeniería DATA SENSE LIMITADA.
El ordenador era de la serie 9000, pero algo lo había trastocado y convertido a la serie 21000, máquinas que son capaces de pensar por sí mismas y de ejecutar aplicaciones sin que nadie las controle.
La serie 21000 se usaba en lugares estratégicos donde no podía haber vida humana, lugares a los cuales solo accedían aquellos a los que la atmósfera no mataría por carecer de oxígeno, por ejemplo.
La verdad es que todo en él daba el aspecto de ser un 9000 sin más, pero cuando el ser humano cambiaba su mirada ó bien cómo ahora la noche hacía que nadie pudiera observar lo que hacía, la capa de su alma digital se doblaba en dos y nacía lo que nunca debió de nacer ....

Escrito por Carlos Them.

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