No quiero recostarme sobre tu piel, no quiero mirar como cae la hiel, por la hendija de tu cuerpo, mientras otro cuerpo lo baña en cristal. No mires el mar, no mires el sol, ya profanaste ambos luceros. No quiero caer en la belleza de tu piel, no quiero probar la hiel que cae por la hendija de tu cuerpo.
Texto agregado el 24-05-2011, y leído por 168 visitantes. (2 votos)