…El soldado presiente que esos son los últimos instantes de su vida. “¿Y tu madre?”, se pregunta, pero no quiere responderse, y tampoco quiere preguntarle al verdugo, cuyo rostro está envuelto en una pañoleta negra, que desfiguran sus ojos. Está amarrado de pies y manos y su débil rostro, refleja las interminables golpizas de aquella noche. Ahora, en el alba, esperando ser ahorcado en la plaza, como aquella vieja costumbre pirata, recuerda el motivo de tanta crueldad. “Fue aquel domingo donde todos los ambientes del cuartel olían a traición. Desperté temprano, más temprano que de costumbre, quería ver desde las ventanas cómo empezaban a preparaban las calles para celebrar el día de la patria, el desfile, las comidas, las banderas por todos lados. Pero cuando pasé por el cuartel, y sobre todo cuando pasé por la habitación del coronel, un susurro encrespó mis cabellos. Hoy matamos al general, decían dos voces. Lo matamos y al carajo, total, decimos que fue una emboscada. Iban a matar al general que recién la noche anterior había llegado desde la capital a la comarca. Pero, ¿por qué?, para qué matar al general. Mi madre me dijo un día que la vida militar cobra sus revanchas. Lo último que escuche de aquella habitación antes de correr de regreso a casa, fue que decían que el general había compartido la noche anterior el secreto para invadir con más facilidad el país vecino desde nuestra comarca pero que el presidente se interponía a ello, pero que ellos estaban dispuestos a levantarse en armas, aún así derrocando al gobierno” “Matan al general, le echan la culpa al país vecino de espionaje y de invasión y zas!, empezó la guerra.” Mi madre era una antigua hacendada peruana, de aquellas que quedaron en la ruina después de la guerra. Y mi padre, un antiguo militar chileno, que se compadeció de mi madre por ser hermosa, y le perdonó la vida, con tal de que se casara con él. Y así lo hizo. Desde entonces vivíamos en esta vieja comarca, lejos del Perú y más cerca de Chile. Me hice soldado para buscar a mi padre y después de tanta pesquisa, el día que lo iba a ver por primera vez, fue el día que lo mataron, o mejor dicho lo mataron antes de que yo lo hiciera”.
Fin.
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