| “Envidio aquel que termina a la noche y que realmente no hace nada más que tenga que ver con su oficio, que solo está sentado y bebe o mira la televisión o baila o charla sobre cualquier cosa.Para alguien que trabaja como un escritor o creador este estado casi no existe. El creador vive entre la diversión y el tormento de crear”
 Heinrich Bôll
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 Como tú, como él o como ellos
 quisiera ser un tipo elemental,
 con esposa, con hijos y un trabajo
 de ocho horas al día y nada más.
 
 Llegar a casa y abrazar mi esposa,
 Con mis hijos hablar,
 Ver la televisión, cenar y un rato
 Con el perro jugar.
 
 Leer la prensa y un café tomarme
 Para así descansar,
 Ir a dormir para al siguiente día
 La rutina de nuevo continuar.
 
 Pero no puedo, mi destino es otro,
 mi designio es crear.
 Un solitario soy, sólo conmigo,
 mis pinturas están.
 
 No tengo horario, mi trabajo al día
 puede ser de minutos o algo más,
 o todo el día y noche y sin descanso
 trabajar y extasiarme sin parar.
 
 No tengo horario, son mis emociones,
 mis delirios e impulsos al pintar,
 los que me llevan hacia lo sublime
 o hacia la más absurda soledad.
 
 No se si es un don o una condena
 mi vida, no lo puedo ni explicar,
 si un inútil yo soy y mi existencia
 se me ha desviado de la realidad.
 
 Tú y él y ellos viven normalmente
 con los mandatos de la sociedad,
 yo irreverente con el tiempo humano
 dentro del arte vivo mi verdad.
 
 Los que trabajan bajo los dominios
 del arte tienen la necesidad
 de respirar colores o palabras
 o notas llenas de profundidad.
 
 Se sienten tristes con las cosas tristes
 todo lo ven desde su inmensidad,
 lo hermoso extraen de lo más humilde
 gritan y luchan contra la maldad.
 
 Tú músico o pintor o tú poeta,
 tú que en el arte con amor te das,
 sin alas vuelas, sin ser loco sueñas,
 tu creación será tu eternidad.
 
 
 
 
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