en el país donde vivo, una pista, no es el país de los pitufos, ni el mundo de oz, ni el país de nunca jamás, ni springfield, ni los mundos de yupi, un país donde cada uno sE apaña, y sin embargo, la gente se mosqueó, se indignó y se encabronó y ahora está en la calle, en la puerta que da al sol, y en plazas rebautizadas por todos lados, en la calle duermen de costado, son jóvenes y están cansados de resacas en blanco y se han puesto a escribir voluntades y cartas náuticas, y tratan de tú a los magnates quise decir mangantes y demás señoritos de postín que hasta ahora pensaban que podían llevar de la oreja a la gente pero ya truenan truenos y en paz se puede girar la tortilla pero no el huevo, y desde aquí un ancho homenaje a los que dan muestras de estar vivos, de mirar de frente al carcelero y de quitarse los grilletes a bocados. que consigamos todo lo que nos proponemos que algo o mucho ya hemos conseguido. ¿y que harán ahora tantos emperadores desnudos dentro de televisores apagados? mil abrazos |