Cuántas agonías más se sumaran a mis días
que a través de cristales opacos se hacen añicos
mutilando el escaso aire,que da vida a mis pulmones
la ciudad crece, y la vida continua inquebrantable
mientras yo muero; a cada bocanada de aire que inhalo
No existe la alegría, aún cuando todos ríen
mientras yo imito sus sonrisas
para aliviar el dolor que la carne maltrecha
va clavando en mi alma, sin dejar que deje de respirar
no hay mañana y sin embargo, despertaré
y pondré los pies en el piso; como cada día que me consume.
Texto agregado el 19-05-2011, y leído por 354
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Lectores Opinan
14-08-2014
La soledad es inevitable. Pero a veces es una buena compañera de la creación. Me gusto tu poema. Felicitaciones cesare7777
13-07-2014
La soledad más degradante es cuando uno se extravía de sí mismo. Raramuri