El principio del fin


-Línea, espacio, línea,-se decía-espacio, línea, espacio, espacio¡¡¡¡???-se sorprende Don Fausto-¿Qué pasó, donde diablos está la línea?-gritaba dando vueltas hasta que alzo la mirada y descubrió que ese era el final del camino, pero Don Fausto había pasado 40 años de su vida siguiendo ese camino, ahora que se acababa, ¿qué iba a pasar?

-¿Qué voy a hacer? Se preguntaba viendo al cielo. Ese era su camino favorito desde que conoció a Martha, su esposa, y cada domingo durante 37 años caminaban de la mano siguiendo ese camino observando los árboles, los pájaros cantando, las flores brillando, las nubes viajando y sintiendo el calor de sol sobre ellos, sin hablar mas que con los ojos, esos ojos profundos y sinceros que los hacían ser uno.

Después de 3 años de noviazgo Don Fausto, que en su juventud fue Faustin y Martha que siempre fue Martha decidieron convertir ese camino en mas que pavimento lo hicieron su principio, el inicio de su matrimonio de su vida juntos, de su amor declarado en ese lugar.

-No se puede acabar, debe haber mas-Decía Don Fausto tirado a medio paso del final, con el sombrero en las manos y las canas al Sol. En ese instante recordó toda su larga vida llena de las rarezas mas normales, de las aventuras cotidianas y de esas platicas a las que no solemos tomar en serio en ese instante, sino hasta el momento de hacer le recuento de todo; recordó que antes de conocer a Martha el iba a correr cada sábado por ese mismo camino, pero siempre llegaba al mismo punto, un árbol de naranjas y se regresaba a su casa, pero con Martha cada domingo avanzaba un poco mas.

-¿Pero por que en domingo?-Preguntaban sus amistades mas cercanas.

-Pues-contestaba Don Fausto-Mi día favorito es el sábado pues finaliza el trabajo y el de Martha es el lunes por que inicia una nueva semana de vida, de oportunidades y tomamos el domingo por que no es principio ni fin.

Don Fausto seguía en el suelo, hasta que pensó “¡demonios!, hoy es miércoles” entonces se puso de pie y siguió por el fin del camino, pues entendió que el final también es un nuevo principio y se dijo:

-Don Fausto, descanse en paz- Y siguió- Espacio, espacio, espacio...


Escrito por:
Edna Victoria Pérez Sánchez