Con trocitos de papel recortado,
Dicen que color espuma,
Otros que de tela finísima con bordados a manos,
Yo con harapos que el tiempo dejo en mis hombros,
Y con alguna sonrisa medio forzada,
Forrada de ave y no sé qué entre la panza,
O la pantorrilla,
Lugar preferido de algunos amantes,
Que se detienen en el lugar preciso,
Y beben del agua agridulce entre bailongos,
Una que otra mirada rebuscada en el último centímetro de mi inocencia,
Viajas en una libélula aventurera,
O en una casita de mariposas,
Aunque hay quienes dicen que no eres mariposa sino verruga,
Sino una triste flor descolorida y tenue,
Ya no recuerdas ser la más hermosa del rebaño,
Ya no te vez en el reflejo del rio en plena orilla,
Ni en la gota de lluvia,
Ya no saben a vino tus labios,
Ni tus manos a jazmín,
Ni te encuentras enredado en mis hendijas