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http://es.wikipedia.org/wiki/Queer_as_Folk_(Estados_Unidos)
¿Cuánto tiempo llevaba sentado en el coche? Peor aún ¿Cuántos cigarrillos? Había perdido la cuenta hacía bastante tiempo ya. El "Rabiamóvil" (que tontería) apestaba a humo de American Spirit. "Ya sobreviví al cáncer una vez" pensó con ironía y jaló la antigua manilla para abrir la ventana.La víspera de la Navidad era siempre la noche más fría de Pittsburg, y esta era una demostración impecable de lo inhóspita que puede ser una velada solo dentro de un coche sin el motor encendido. "Joder" pensó, subiéndose hasta el mentón el cuello de su abrigo.
A duras penas había conseguido escapar del pavo relleno de Debbie y de su sobredecorada "Navidad Italiana". Todos estaban reunidos a la mesa, Hunter, Michael y Ben,Ted y Blake, Emmett y aquel muchacho de Hazlehurs,Mississippi con el que follaba hacía unos 10 meses (todo un récord de tiempo para la reinona del drama) y por supuesto también estaban los flamantes anfitriones Debbie y Karl. El avión de Mel y Lindsay se había retrasado por el mal tiempo y se las esperaba para el día de Navidad.
"Maldita sea" pensó Brian mientras se rendía a la tentación de coger el último cigarrillo del paquete. "¿Dónde está Wendy cuando la necesito?"
Y todos muy solícitos le habían rogado que no se marchara, "Por favor quédate" había dicho Michael y él se había reído, abrazándole.
-Alguien tiene que llevar la Navidad a los pobres tíos buenorros de Poppers-dijo Brian mientras se levantaba de la sobrepoblada mesa y le guiñaba un ojo a los demasiado achispados comensales.
Michael le había acompañado a la puerta con aire preocupado y Brian entendió que si no decía algo, Michael terminaría por cagarle la noche.
-Espero que Santa Claus te traiga un libro de recetas de Martha Stewart para que agasajes a tu marido.-dijo con sorna pero la expresión de Michael no cambió.
-Brian, ¿estás bien? Él no ha llamado ¿verdad? Maldito...
"Oh por Dios Michael" pensó Brian con desesperación."No digas su nombre, por lo que más quieras NO digas su nombre". Cogió a Michael por la espalda y lo besó en los labios como siempre hacía cuando le quería callar.
-Feliz Navidad-le dijo antes de montar en el coche.
Pero Brian sabía que no bien dejara la casa de Debbie, no iría a Poppers ni a Woody's. No. Brian sabía que iría directamente a buscarle. A esperar sentado fuera de la casa de su madre aunque se le fuese la noche en ello. "Tiene que haber venido" pensaba mientras salía a toda velocidad de la avenida Liberty, "Es Navidad por Dios, TIENE que haber venido"
Al principio, durante los primeros meses luego de que se hubiese marchado a Nueva york (el maldito egoísta) las llamadas telefónicas entre ambos eran tan constantes y tan imprevistas que todos los empleados de Kinnetics sabían lo que el señor Brian Kinney estaba haciendo en su oficina. Y si alguna vez lo escucharon gemir mientras se corría al teléfono fueron lo bastante discretos para no comentarlo.
Brian nunca se iba a dormir sin antes hablar con él, de sus aventuras, de su estresante/aburrido trabajo en la cafetería Dean & DeLuca (mientras salía algo mejor claro está) y de sus fallidos intentos por exponer sus cuadros en alguna galería donde la gente no acudiese por la bebida gratis y el buffet. Le hablaba de sus frustraciones y sus sueños y Brian le oía. Podía escucharlo durante horas tirado en la cama fumando. Nunca lo importunaba con nimiedades como "te extraño" o "cuando demonios piensas venir a visitarme". No. Eso para Brian sería sonar demasiado necesitado. Además el chico necesitaba tener la cabeza fría si quería triunfar, sin estorbos.
Y así el tiempo simplemente fue pasando. Las constantes llamadas a toda hora y las largas sesiones de sexo telefónico se redujeron a una llamada nocturna, a veces a toda prisa, pues un nuevo artista abría una exposición en Manhattan, o porque había una fiesta en donde podía haber alguien, que podía conocer a alguien que trabajaba para alguien que quizás podría ayudarle a exponer. Las llamadas fueron de una cada noche, a sólo una a la semana, luego una o dos al mes, hasta que un día, simplemente cesaron.
- Es un hijo de puta egoísta- había dicho Michael al enterarse.- Después de todo lo que hiciste por el, simplemente no puedo creer los cojones que tiene para simplemente olvidarte. Ya verá cuando aparezca
Brian se había reído. Muy dentro suyo no quería creer que el muchacho "simplemente le había olvidado"- ¿Y que esperabas Mikey? Ahora es un "New york City Boy". Imagina cuan pequeño y absurdo debe parecerle nuestro paraíso en la Avda Liberty.- Michael sacudió la cabeza.
-Yo no le culpo Mikey- prosiguió Brian tratando de sonar natural-Yo hubiese hecho lo mismo.Nunca hubiese regresado a este agujero del demonio.
-Aún así-dijo Michael-Después de todo lo que pasasteis, no lo sé, me parece una putada.
Brian volvió a reír mientras abrazaba a su pequeño amigo. -No nos prometimos nada-dijo con tono tranquilizador-Sin remordimientos, así es como debe ser.
Pero Brian estaba mintiendo aunque nadie más que el mismo (y quizás Debbie) lo supiese. Se hizo patente cuanto le extrañaba cuando llegó el 4 de julio y el muchacho no apareció. Y cuando tampoco apareció para su cumpleaños número 35. Y los días simplemente se fueron amontonando uno al lado del otro con un cada vez mas exitoso señor Kinney, el publicista mas prometedor de Pittsburg con su radiante agencia propia de publicidad, moviéndose entre la gente lleno de sonrisas, bromas e ironías, pero absolutamente ausente. Con la cabeza llena de incertidumbres que no bien se encontraba solo, empezaban a torturarle. "Donde demonios estás. Porque mierda no me has llamado. Porque, porque..."
Tan absorto estaba Brian en sus cavilaciones, con la vista perdida en la casa de la madre del chico, que no notó que la ceniza del cigarrillo había caído encendida sobre sus pantalones. Rápidamente salió del coche y comenzó a sacudirse "Demonios" pensó "Pantalones de Armani y el único huevo que me queda" Antes de que pudiera darse cuenta, la madre de él, Jennifer, estaba parada a su lado.
-Me pareció que eras tú- dijo ella mientras le estrechaba la mano con entusiasmo- ¿Como estás?.
-Pasé a desearte una feliz navidad.Hubiese traído presentes pero ya ves.-dijo él mostrando sus manos vacías-Ahora, siempre puedes quedarte con mis pantalones Armani, tienen una quemada de cigarrillo pero harían una mágnifica falda.-Jennifer rió y el también, pero en la cara de ella había un nerviosismo incipiente.
-Él ha llegado hace una hora, pero estaba tan cansado por el vuelo que se ha ido a la cama de inmediato-soltó ella intespestivamente. Brian sabía que eso no era cierto pues él mismo llevaba mas de dos horas aparcado frente a la casa, pero no importaba. Él estaba allí, había venido, aunque por todos los indicios parecía ser que no quería verle. Se frotó la nariz con el dorso de la mano. Podía ver cuan incómodo era para Jennifer mentirle, por lo que decidió no insistir.
-Vale, lo pillo-dijo simplemente-Pues dile cuando se despierte que Debbie y los chicos le extrañan mucho y que mañana llegan las chicas desde Canadá. Estarán maravillados de verle.
Avergonzado se metió denuevo al coche. Ni siquiera se despidió apropiadamente de Jennifer pero no le importaba. "Está aquí" repetía su cerebro como la cantinela de un loco. "Está aquí y no quiere verme".
Estuvo sentado en la barra de Poppers bebiendo Chivas hasta que se le entumecieron los dedos. Al otro costado del mesón, un chico de cabellos dorados lo miraba insistentemente. Finalmente Brian se levantó, cogió al muchacho por las solapas de su chupa de cuero y de un tirón lo arrastró al nuevo cuarto oscuro de Poppers (en honor a la desaparecida Babylon por supuesto). Una vez allí Brian se bajó la bragueta y el chico, con expresión hambrienta se arrodilló frente a él. Cerró los ojos y dejó que su espalda se acomodara al duro y frió concreto de la pared, sintió la cálida boca del muchacho envíando sensaciones por todo su cuerpo. El chico sabía lo que hacía, maldito si sabía. Y de pronto, los acordes de una conocida e insulsa melodía distrajeron sus excitados nervios. El suelo retumbaba con el chumba-chumba de los bajos de "New york City Boy" de Pet Shop Boys. Brian se echó a reír.
-Eh tío, espera, espera- gritó Brian por sobre el ruido de la música, apartando la cabeza del muchacho y devolviendo la polla aún empalmada a sus briefs Dolce & Gabbana.- Será mejor que te marches-le dijo.-Acabo de recordar que prometí no volver a follar con rubios. -El muchacho aún arrodillado se quedó mirándole boquiabierto.- He dicho que te largues-repitió Brian con una sonrisa.
El muchacho le empujó contra la pared- ¡Que te jodan, capullo!-le dijo mientras se marchaba.
-Sí, sí, Feliz Navidad para tí también- dijo Brian mientras empezaba a bailar suavemente. Luego bebió el último trago de Chivas de su vaso, que por cierto ya estaba tibio.
http://www.youtube.com/watch?v=cpk8ym8iqWU
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