Estaba nadando en las aguas oscuras, desesperado, cansado, frenético. Alrededor la vegetación inidentificable por las sombras de la noche fría, y la luna mezquina en su luz en el cielo. Barro, tocó barro, espeso, asqueroso, reconfortante. Dio media vuelta y se echó en la orilla. Que difícil era respirar, y mas difícil acordarse de algo. Se calmaron las aguas, como un gracioso contraste de su situación.
Logró controlarse, no era momento de estar exaltado (¿Cuándo seria el momento si no era ese?), trató de recordar algo. Imposible, no hubo vida antes de eso, nada, absolutamente nada. Sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo prendió. Tardo bastante en darse cuenta que tenía un cigarrillo seco en su bolsillo, eso no tenía ningún tipo de sentido. De repente todo él estaba seco. Pensó que estuvo desmayado y el frío de la noche lo ayudo a secarse, pero no recordaba haber estado desmayado, muy cansado sí, pero no había perdido la conciencia, eso era seguro. Supuso entonces que el tiempo pasó más rápido merced al frenesí en el que se encontraba.
Se empezó a nublar, y la luna se tapó. Ahora si era aterrador ese paisaje. Detuvo sus cavilaciones para escuchar. Un murmullo en el agua. Se detuvo en el y noto que iba en aumento, iba creciendo, y muy cerca suyo. Empezó a sentir agitación, desesperación. Salió corriendo tan rápido como le dieron las piernas, se metió en la maleza. Encontró como un pequeño huequito de rocas en el cual se quedo recogido, se puso en posición fetal y tembló de miedo durante el tiempo de un cuarto de hora aproximadamente. Se dijo que no era real lo anterior, se lo dijo tanto que llegó a creérselo. Ahora realmente lo dudaba, ¿realmente pasó? No llegó a ver nada, lo cual dejaba mas intensa la sensación de duda, y nada de eso era real. Recordar solamente un pasado tan inmediato y desesperante no podía ser real, tuvo que haber habido algo antes de eso, tenía que saber buscar en su mente nada más. Se estaba comenzando a serenar cuando notó su vestimenta. Un formal traje de empresario. Ahora todo tenía menos sentido que antes. Barajó entonces la posibilidad de un accidente en barco, y por culpa de algún golpe se ocasionó la perdida de memoria. Hizo una inspección de su cabeza con las manos. No encontró señal de algún golpe. Entonces la amnesia era por alguna situación traumática. Lo del barco seguía siendo viable. Se deprimió pensando que él era el único sobreviviente, entonces deseo haber estado solo en su vida antes de este terror. No haber tenido familia, para que no hayan sufrido su pérdida, o lo que sería peor, la muerte. Pero cómo se explicaba su repentina vuelta a la conciencia en plena actividad de nadar. Qué complicado era el panorama, y encima se sumaba el hambre, la sed, el sueño, y ese estúpido traje, y su posible familia muerta, que si bien no influían en sus pesares físicos, si lo hacían en su mente, haciendo de todo eso un sueño que no llegaba a ser pesadilla por falta de argumentos para una, pero tampoco era algo agradable, era algo que no tenía sentido simplemente. Encontró una posición confortable entre las rocas, empezó a sumar números: el uno más el dos, a ese resultado le sumaba el tres, a ese el cuatro, y así sucesivamente. Se durmió.
Soñó: estaba en la orilla, igual que horas atrás, el mismo movimiento en el agua, el mismo miedo. Entendió que era un sueño. Sólo por esto decidió quedarse a ver que iba a salir. Se rompió la película de agua que tapaba lo que se movía y salio un hermoso ser, su figura femenina irreal se alzaba con los pies aun en el agua, desnuda de cuerpo y rostro sonriente extendió su mano y dijo:
-Querido, te busque en infinidad de realidades y por fin te encuentro.
-Quien eres, por qué me buscas- dijo con su boca seca y un evidente malestar-, se que estoy en un sueño, eso y nada mas.
-Tú eres el padre del hijo que tendremos hoy aquí, porque es aquí donde te necesitamos, y solo tu hijo puede traerte completamente, en cuerpo y alma.
Su cara era hermosa cuando decía esto, y cuando no decía nada también. Se acerco a él. Lo besó, y toda esa noche la mezquina luz de la luna contemplo la física unión entre ellos, inagotable, pasional, llena de humanidad. Cuando todo hubo terminado, el se sentía muy cansado, mas que antes, y ella seguía hermosa a su lado. El la miró y le pregunto:
-¿Cuál es tu nombre?-con voz casi ahogada
-Ya te lo acordaras. Aún no es tiempo. Esa humanidad te sienta tan mal, te vez tan cansado. Me verás alguna otra vez antes de entenderlo.
Esto último lo dijo triste, melancólica. Se levanto para agacharse y besarlo nuevamente, y después se sumergió en esas feas aguas color negro.
Las gotas de lluvia de la tarde lo despertaron. Buscó rápido un refugio mejor, y no lo encontró. Decidió, entonces, perfeccionar el que habitaba ahora. Juntó unas cuantas ramas con las que hizo una especie de rampa sobre las rocas hundidas, y sobre ellas puso muchas hojas de palmeras y otras plantas que sirvieran de techo. Se dijo que cuando el mal clima cesara buscaría un mejor lugar, y rogaba para que el viento no sople con más fuerza, porque eso que había construido difícilmente soportaría su respiración.
El temporal cesó, y salió a cumplir con lo acordado. Fue en el momento en el que vio las aguas oscuras (otra vez era de noche) cuando recordó el sueño. Rápidamente lo asoció con lo de la noche anterior, cuando salió corriendo. Aunque si bien eso pudo provocar el sueño, el resto no tenía explicación. Seguramente esa mujer hermosa era mi esposa y esperábamos un hijo antes de la tragedia (el accidente en barco, lo único que se le ocurrió y por eso ya a esas alturas verdadero).Las nubes cubrieron nuevamente el cielo. Pasó el resto de esa noche buscando alguna especie de cueva, y asustándose con todos los tipos de ruidos que en lugares como ese pueden haber. Se sintió un imbécil al estar recorriendo ese terreno en plena noche, con un encendedorcito que ya se estaba terminando. Sin embargo la suerte estuvo de su lado. Encontró algo que podría servir como refugio. Entró a ese sitio primitivo, y se quedó estático con la mente llena de pensamientos circulares que no llegaban a algo concreto. Y ese sueño ¿Qué significaba?. Se dijo seriamente que nada, pero no podía evitar recaer en él. Repentinamente se le ocurrió que su esposa estaba muerta, y lo visitaba en sueños, esto lo inquietó, y después lo avergonzó en vista que sentía que en cierto modo el había inventado esa relación. La siguiente duda fue el por qué salio de abajo del agua. Cosa que no pudo explicar de ninguna manera. Y recordaba vagamente que en la conversación ella le dijo que le sentaba mal la humanidad ¿quiso decir que ella no era humana? ¿ fue humana y luego dejó de serlo?¿él alguna vez no fue humano y ahora si lo era?¿él dejaría de serlo algún día? Se rió de esto último puesto que era tan obvia esa respuesta, exceptuando que fuera alguna clase de inmortal. Tuvo la idea de salir a buscar alimento. No lo hizo, estaba muy débil y el tiempo prometía empeorar. Empezó a sumar: el uno con el dos, a este resultado le sumaba el tres. Se durmió. No soñó esta vez.
Se despertó y era de día, calculó que serian las primeras horas de la tarde. Resolvió salir a buscar comida, agua, y explorar un poco la zona. Mientras hacía eso, se sintió muy valeroso al pensar que no se le había cruzado por la mente el hecho de escapar de la isla, era como si del primer momento hubiera sabido que pasaría un largo tiempo ahí, y la idea no lo movilizaba en lo mas mínimo. Seguía sin recuerdos, y no podía recordar caras de ningún tipo, supo como era él cuando se vio reflejado en el agua, y la mujer (su esposa) aparecía con dificultad en su cabeza. Frenó su búsqueda, y trató de recordar alguna cara, nada, se desesperó de una manera horrible, conocía la palabra (cara) pero ninguna imagen. Probó imaginar objetos: sillas, mesas, barcos, casas. Estos últimos si recordaba, sabía como eran. Trato de imaginar un ser humano, fuera de él o su esposa (si es que era su esposa). No pudo. Un vacío mental desesperante. Nada, ninguna imagen. Estuvo así un generoso tiempo, hasta que comprendió que estaba yéndose el día. Logró juntar víveres. La noche fue como la anterior. Tampoco soñó
Se acostumbro sin esfuerzo a esa vida, le era sencilla. La isla estaba deshabitada. Su refugio lo cambio por uno mejor que se encontraba mas arriba escalando unos cuantos obstáculos en el paisaje, consiguiendo así mejor vista. Continuamente pensaba en que lo vendrían a buscar y esto no lo alegraba. La hipótesis del barco ya no le parecía muy verosímil porque había llegado a la conclusión de que si no podía recordar a ninguna persona, ni siquiera imaginar una, entonces era porque nunca había visto una. Entonces buscaba en vano nuevas teorías, y dibujaba con un palito en la tierra como se imaginaba que serían las personas, siguiendo los parámetros de su reflejo y el recuerdo débil de la mujer del sueño. Esa noche soñó con ella, mucho tiempo ya había pasado desde la última vez:
- Falta poco, ya entenderás.
Solo eso dijo y se fue, no hubo amor esa vez, solo melancolía en sus hermosos ojos.
A partir de esa mañana y para siempre, se sintió débil, no era el de antes. Sin embargo esto no impidió que siga con sus tareas en la isla. Las dudas volvieron a surgir.
Días después muy cansado se acostó. Le costaba mucho respirar. La lluvia fuera de su cueva era torrencial, la mas fuerte acaso de todas las que vivió. Se durmió. Soñó: era el de pié en la orilla, y ella salía nuevamente del agua, pero esta vez con un chico. El lo miro y sonrió, ella también. El pronunció un nombre. Ella rió y corrió a abrazarlo, comentó que el chico era su hijo
-Claro, ahora empiezo a recordar- dijo feliz y confundido
-Por supuesto que lo haces- dijo ella- allá estas muriendo.
-¿muriendo?
-perdón, aquí estas naciendo.
|