Por escribir de los recuerdos
aparté la vista de tus labios,
por los dolores de nuca perdí la cabeza,
y por tocar una máquina que te produzca celos,
me encontré con estos dedos que te extrañan,
acaso nunca demasiado.

Te pierdo a cada tarde,
te encuentro cada noche
y estás conmigo,
ojalá pudiera dormir
más noches a tu lado tranquilo
para no olvidarte tan derepente.

Flotas en este espacio,
entre los mensajes y las llamadas
que dejo de hacer por inconveniencia,
es sólo que no puedo detenerme de pensarte,
miro de reojo el artilugio que me une a ti
pero no se ilumina ni suena ni vibra como yo.

Eres el paliativo de mis frustraciones,
en ti encuentro la cura de mis males,
la panacea de mis peores pesadillas,
pero te pierdo demasiado pronto cada día.

Aún me produces dolores de nuca,
me cansas las manos,
y mis dedos no dejan de extrañarte... Deliciosamente.
Ojalá fueras libre de volar de mi mano
para darte cuenta que lo prefiero aunque duela,
a intentar volar solo, por más que mis lágrimas
me pidan lo contrario y un poco de descanso.

¿Qué maldiciones pasa contigo? ¿Acaso no puedes verlo? Debo guardar silencio... Al menos por ahora.